¿Alguna vez has sentido que no mereces tu trabajo o tus logros, como si fueses una especie de fraude? Esa idea que de que sólo has tenido éxito “por suerte” es una situación cada vez más común entre las mujeres que nos roba la oportunidad de crecer y ser verdaderamente felices.
En Nueva Mujer, conversamos con Tania Pimentel, directora y fundadora de Women Index, quien explicó lo que hay detrás del llamado “Síndrome del impostor” y cómo podemos superarlo.
Un tema cultural que no deja a las mujeres avanzar profesionalmente
Según explicó Pimentel una “impostora” teme ser alabada porque cree que no va a cubrir las expectativas, no le gusta recibir cumplidos, se enfoca en aquellas situaciones en las que no hizo las cosas perfectas y suele tener pensamientos de que “no es la mejor”.
El término surgió por primera vez en los años 70 y fue identificado por las psicólogas Pauline Rose Clance y Suzanne Imes. Las especialistas identificaron que las mujeres eran las más afectadas por el síndrome del impostor (un 18% más que los hombres de acuerdo con un informe de la Access Commercial Finance en Reino Unido)
“Es un tema cultural. A la mayoría nos criaron para actuar de cierta forma y no confrontar, haciendo que la confianza en nosotras mismas se vea mermada. Esta idea de ‘tener que ser modestas’ nos afecta. Si nosotras mismas no hablamos de nuestro logro, va a ser difícil que otros vean que somos buenas y que merecemos seguir creciendo”, asevera Pimentel.
El “Síndrome del impostor” suele presentarse si eres perfeccionista ya que estableces expectativas extremadamente altas y que aún cuando logras alcanzarlas, te sientes fracasada. Cualquier pequeño error te hará cuestionar tu propia capacidad.
Uno de los primeros pasos para superar los sentimientos de “ser una impostora” es reconocer los pensamientos de autosabotaje y ponerlos en perspectiva. La forma en que una persona responde a los desafíos es clave para evitar seguir alimentando esa sensación de fracaso.
De acuerdo con Tania, las mujeres debemos trabajar para saber reconocer nuestras fortalezas y debilidades y así dejar de sentirnos inseguras de lo que somos capaces de hacer.
Claves para combatir el “Síndrome del impostor”:
-Trabajar en un FODA en el que escribas tus fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas.
-Anotar cada pequeño logro.
-Evitar compararte con los demás, especialmente con base a lo que ves en redes sociales.
-Prepararte continuamente para seguir adquiriendo nuevas herramientas y así construir una mayor confianza profesional.
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