El príncipe Harry perdió a su madre, la princesa Diana cuando tenía tan sólo 12 años de edad. Lady Di, murió en un accidente de auto en París tras haberse divorciado del príncipe Charles.
Desde entonces, el príncipe ha hablado en varias ocasiones del dolor que vivió al perder a su mamá, especialmente recuerda la culpa de haber perdido la última llamada de Diana. En el documental Our Mother Diana, Harry reveló que estaba jugando con sus primos en la casa de la reina en Balmoral cuando su madre llamó. Como se encontraba distraído quiso colgar rápida mente y regresar al juego.
Las palabras de Harry para quienes perdieron a su madre
En su famosa entrevista con Oprah tras haber dejado la realeza, Harry dijo que sentía que su madre había estado con ellos a través del proceso. Poco después al lanzar un libro para apoyar a los niños y jóvenes que habían perdido a sus padre por Covid-19, Hospital by the Hill.
En el libro, el príncipe dijo que haber perdido a Diana había dejado un hoyo enorme dentro de él. En el texto aseguró a los niños que sabía cómo se sentían y quería que supieran que con el tiempo, ese vacío se llenaría con amor y apoyo.
Al mismo tiempo recordó que la partida de un padre no es el final, pues su legado y sus enseñanzas se quedarán con ellos durante toda su vida.
El esposo de Meghan Markle recordó que algunos de los sentimientos que tuvo tras la pérdida de su madre, fueron soledad, tristeza y enojo, pero aseguró que estos sentimientos pasan y con el tiempo terminaron por hacerlo más fuerte cuando estuvo listo para hablar de cómo se sentía.
Diana cuidó a sus hijos incluso después de su muerte. La princesa del pueblo dejó una vasta herencia para ellos que fue lo que ayudó a Harry a escapar de la realeza. En su entrevista con Oprah, el hermano de William reveló que pensaba que su mamá sabía lo que iba a pasar y por eso quiso proteger a sus hijos para que pudieran decidir sobre su futuro.
La historia con su madre, hizo que Harry decidiera dejar a la realeza para proteger a su propia familia con Meghan, pues no deseaba que ‘la historia volviera a repetirse’.
Las restricciones de la familia real, hicieron que él no pudiera expresar sus sentimientos durante mucho tiempo, incluso en una ocasión reconoció que no había llorado mucho a pesar de sentirse devastado. Solamente lloró a lado de su tumba el 6 de septiembre en 1997 y «tal vez» una vez más.
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