La humanidad está pasando por momentos difíciles. Hemos tenido tantas sacudidas que nos han obligo ha hacer cambios importantes en nuestro entorno. Nuestras emociones, nuestra perspectiva de otras personas y la vida en general han dado un giro de 180°. No es extraño que por momentos nos sintamos confundidas, perdidas o solas.
La incertidumbre puede jugar con nuestra estabilidad pero cuando eres un “alma vieja”, sabes cómo sobrellevar los tiempos de adversidad.
Porque no importa cuán desfavorables se vean las condiciones, sabes que para sanar a veces es necesario darte un tiempo fuera, alejarte de todo y reencontrarte contigo misma.
Un alma vieja es aquella que tiene una mayor sensibilidad a la vida. Alguien que tiene la capacidad de pensar más allá de la superficie y generar sabiduría desde adentro.
Todos pasamos por momentos complicados pero cuando eres un alma vieja, eres capaz de aceptar la nueva realidad a la que te enfrentas y tomar acción sobre ello.
Mientras que para algunos el encierro y el cambio de rutinas sociales se ha convertido en una atadura, para ti es una oportunidad para escribir, bailar, pintar, cocinar o hacer música. Para ti pasar un tiempo a solas es clave para sanar aquellas heridas que no has tenido tiempo de sanar por estar siempre ocupada en el acelerado ritmo del mundo exterior.
Eres un ser creativo, capaz de transformar lo que hay a tu alrededor en arte. Pareciera que la situación que estamos viviendo ahora desmotiva, pero como alma vieja, buscas enfocarte en proyectos creativos que alimenten tu corazón.
Eres consciente de ti misma y eso te mantiene en balance.
Estás en contacto con tu esencia, te mantienes firme con tus convicciones y no pierdes de vista lo que te ha hecho tan inquebrantable.
Un alma vieja no ve el tiempo a solas como tiempo desperdiciado por que le ayuda a valorar las relaciones que tiene. Agradece el día a día y se mentaliza a que todo lo malo pasará.
Un alma vieja sabe escuchar y sabe dar, lo que le permite quitarse un enorme peso de encima cuando de estar sola se trata. Lo que hace, lo hace con pasión y eso es un gran motor en los momentos de angustia
Eres empática con tu entorno
A veces puedes sentirte agotada por que llevas el peso del mundo sobre tus hombros. Eres sensible a las necesidades de todos, menos a las suyas así que de vez en cuando, darte un tiempo a solas es lo que necesitas para respirar. Quieres salvar a todos pero no debes olvidar sanar tú primero.
Las almas viejas dan mucha prioridad a la verdad y la sabiduría. Esto te permite hacer una introspección de todo aquello que te causa malestar y cómo puedes sacarlo de tu vida. Quizá a veces esto haga sentir que no encajas en el mundo exterior pero al mismo tiempo, sabes que lo que importa es aquello que te haga crecer y ser tu mejor versión siempre.
Escucha tu intuición. Está bien hace una pausa y permitirte estar sola para pensar y replantearte las metas que quizá has hecho a un lado. Cuando eres un alma vieja tiendes a pensar con detenimiento para tomar decisiones con un equilibrio entre tu mente y tu corazón.
Tu intuición te ha guiado a través de lo desconocido y ha manifestado posibilidades imprevistas.
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