La vida de las Kardashian Jenner no es ningún secreto. Día a día nuestras redes sociales se ven invadidas de sus publicaciones, entre fotografías de sus excéntricas vidas, hasta los chismes de sus romances, rupturas y pleitos familiares.
Recientemente Kendall Jenner compartió una serie de fotografías en un diminuto bikini rojo con el que dejó ver su delineada figura. De inmediato, los fans comenzaron a bromear con querer verse como ella. Sin embargo, lo que parece una broma o un chiste para obtener «likes», en realidad podría tener un trasfondo preocupante que involucra trastornos alimenticios, estereotipos de belleza y body shaming.
Kim Kardashian también se ha mostrado luciendo una cintura diminuta y no ha dudado en aceptar que es por usar fajas extremadamente apretadas que comprimen su cuerpo hasta hacerlo parecer “de muñeca”.
Para muchos, esta imagen se ha convertido en una meta de vida, expresando que esperan verse así algún día, que se van a poner a dieta o a recurrir a las mismas fajas.
Y es que admitámoslo, es imposible no enfocarnos ese abdomen plano o esas curvas sin voltear a vernos al espejo y pensar que realmente no nos vemos así. Es decir, las Kardashian nunca dejan ver sus celulitis, ni sus marcas de acné ni tampoco los estragos que sus embarazos han ocasionado en sus cuerpos. Pero esa es su imagen, son figuras públicas y de un modo u otro, están dedicadas a sus cuerpos. Está bien.
Lo que no está bien es hacer bromas en torno a «dejar de comer», «hacer ejercicio hasta morir» o «vomitar» para lucir como ellas. No es divertido cuando los trastornos alimenticios son algo muy real.
Los trastornos alimenticios son trastornos mentales, no elecciones de estilo de vida. Mientras que para algunas es un juego para ser parte de la conversación, para otras es algo con lo que lidian en silencio todos los días.
La lucha por romper estereotipos ha sido larga. Mientras que aún los medios de entretenimiento enaltecen los cuerpos delgados y pequeños, figuras como Lady Gaga o Rihanna han salido a defender que la belleza y la sensualidad no dependen de las tallas.
Sin duda, las Kardashian también rompieron el molde al mostrarse como mujeres curvilíneas pero con estas fotografías parecen que terminan por tergiversar todo, especialmente por la conversación entre sus seguidores.
La realidad es ésta: no necesitas tener un cuerpo como el de las hermanas Kardashian Jenner para ser más deseable. No tienes que odiar tu cuerpo porque no se ve como el Kylie Jenner y tampoco tienes que castigarte porque no se ve como el de ninguna otra famosa.
Está permitido tener celulitis y estrías, está permitido tener un abdomen plano o abultado. Está permitido tener muslos gruesos o muslos delgados.
También está permitido querer hacer algo por transformarte y sentirte mejor siempre y cuando sea porque tú lo quieres y porque te hace sentir mejor, no por la presión social de «tener que ser como una Kardashian». Lo que hagas con tu cuerpo tiene que ser con amor y con los cuidados adecuados. Tu cuerpo es tu soporte, lo que te mantiene todos los días. Agradece lo que eres y trabaja por una mejor versión de ti misma siempre por ti y nadie más.
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