Mantenerse enfocado en decirle adiós a los kilos de más en medio de la cuarentena por la pandemia mundial de COVID-19 es posible. Sin embargo deberás echar mano de algunas prácticas para permanecer firme cuando la ansiedad te impulse a hacer comidas emocionales.
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Lo primordial en este caso es vigilar la alimentación, la cual es el 70% del progreso para rebajar según los especialistas. El resto lo conforma la actividad física, hidratarse y dormir bien, señalan.
Para esto, hay que continuar con la alimentación baja en calorías que llevó a desaparecer esos primeros kilos, puesto que es un camino que se basa en formar hábitos que perduren toda la vida y evitar el efecto rebote.
Un tip valioso es planificar tus comidas con antelación para disponer de los alimentos sanos que necesitas y evitar incluir aquellos que no lo son o bien, hacer un diario con lo que se consume para hacerle seguimiento a su progreso e identificar las tendencias.
Las verduras, las frutas o las legumbres deben tener un lugar especial en tu dieta ahora que estás más tiempo inactiva físicamente.
De igual manera no te saltes las comidas, ni siquiera el desayuno. Intenta mantener la misma rutina, y esta además de evitar que sufras de alteraciones del sueño, hará que te organices con tus comidas principales y meriendas en pequeñas porciones a las horas indicadas.
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Activos en cuarentena
La actividad física debe seguir presente en tu vida. Incluye 60 a 90 minutos de rutinas de ejercicios desde el hogar que te ayuden con ese fin, de intensidad moderada, entre cinco y seis días a la semana para llegar al gasto calórico que se traducirá en reducir medidas.
Para controlar el proceso, es una buena idea mantener un registro de su peso con el fin de hacer ajustes según sea necesario.
Del mismo modo como las emociones impactan en lo que comemos, busca el apoyo de tus familiares, amigos y otras personas cercanas para que te incentiven a continuar en la meta, también puedes encontrar motivación en internet o recordar el propio camino de transformación para evitar echar todo por la borda.
Aléjate de la ansiedad aprovechando el resto del tiempo libre para aprender, hacer actividades que habías dejado de hacer, al cuidado personal y otras prácticas que te gusten, entretengan y te aparten de la nevera.