El mundo viviendo una crisis en todos los sentidos. Estamos encerrados entre cuatro paredes, recibimos información confusa y la incertidumbre nos acecha día a día. ¿Cómo podemos encontrar la felicidad en una situación así? Simple: recordando lo afortunados que hemos sido en la vida.
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La felicidad es otro día. Todos en este mundo deberían ser felices por el hecho de estar vivos, por despertar cada mañana y tener una razón para ser mejores. Todos pasamos por tiempos difíciles, pero ¿son más los momentos más tristes que los felices? Quizá, pero al final, cuando eres capaz de reír en medio de tantos problemas, ya has encontrado oro.
Es demasiado fácil caer en el pesimismo, sobretodo cuando a nuestro alrededor hay tantos pensamientos negativos. Y mientras que el mundo puede ser un lugar injusto, al final del día, la felicidad sigue siendo una elección.
Si elegimos ver más allá de ese odio, la frustración y la decepción, encontramos el lado positivo de la situación, lo que nos da fortaleza para seguir.
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Está bien sentirse triste, está bien tener ganas de llorar o de gritar. No siempre tienes que saber qué rumbo tomar y no siempre tienes que reír frente a la adversidad. Pero nunca debes aferrarte a ello por mucho tiempo o dejar que cambie tu esencia para mal. Cuando crees que estás por caer o que has tocado fondo, recuerda lo afortunada que has sido en la vida.
¡Siempre hay algo por lo que estar agradecida!
La gratitud es una de las piezas claves para ser feliz. Aprende a agradecer lo que tienes, lo que has logrado y lo que está sucediendo a tu alrededor. No siempre es fácil ser optimista pero es una forma de decir gracias por todas las cosas que te han construido.
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Despierta por la mañana y agradece un nuevo día. Agradece que tienes amor (¡el amor propio cuenta al doble!). Agradece que tienes un sistema de apoyo en tu vida: tu familia, tus amigos, tu pareja o hasta tu mascota. Agradece aquello que te inspira, la comida que tienes, la ropa que llevas puesta y el techo que te cobija.
Aprende a cambiar tu punto de vista y concéntrate en lo único bueno que ha sucedido hoy, ayer o el mes pasado, en lugar de pensar en diez cosas malas o en las fatalidades que ya no puedes cambiar o las que sólo están en tu mente. Por más pequeño que sea, nunca olvides las cosas buenas que tienes en tu vida. Has sido realmente afortunada y estar consciente de ello, te ayudará a seguir adelante en tiempos de crisis.
