El abandono de una pareja no es algo fácil con lo cual lidiar. Existe muchas emociones mezcladas de por medio. Entre el coraje y la tristeza, está el miedo y la confusión sobre lo que pasará contigo y tu hijo. Es especialmente difícil cuando las mujeres vivimos atadas a tantos estándares que nos impone la sociedad sobre cómo debemos ser y actuar.
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Desde niñas nos han hecho creer en la idea de que estaremos realizadas una vez que encontremos una pareja y formemos una familia con la que vivamos «felices por siempre». Pero mientras que muchas cumplen ese ideal, otras se enfrentan a una realidad muy diferente en la que tienen que salir adelante solas.
Hoy día es cada vez más común escuchar aquellas historias en las que las mujeres son abandonadas por su pareja. Algunas de ellas se quedan con un niño en brazos y otras, cargando en su vientre.
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La responsabilidad de criar a un hijo sola sigue siendo un panorama complicado, especialmente cuando quedan las heridas emocionales del abandono del papá.
¿Cómo sanar para seguir adelante?
Reconoce tus emociones. Es normal sentirte triste, enojada, agotada, frustrada y confundida, y estos sentimientos pueden ser intensos. Quizá tengas la presión de mantenerte fuerte y no mostrarte vulnerable por el bienestar de tu hijo. Es normal sentirte ansiosa por el futuro pero debes entender que no está bien reprimir esas emociones. No, no se trata de derrumbarte per sí de abrazar lo que estás sintiendo. Aceptarlas te ayudará a entender mejor la situación, solucionar y avanzar más rápido.

Date un descanso. Date un tiempo para respirar, sentir y retomar tu vida de la mejor manera posible. Puede que en estos momentos no tengas ganas de nada y que estés más dispersa o agotada. Eres fuerte y puedes con esto sola pero tampoco eres de acero. Necesitas descansar. Tómate un tiempo para sanar y recuperarte.
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No pases por esto sola. En estos momentos es importante tener una red de apoyo. Compartir tus sentimientos con amigos y familiares puede ayudarte a superarlos. Lo mejor es que busques ayuda de un profesional o unirte a un grupo de apoyo en donde puedas expresar tu situación y escuches la experiencia de otros. Aislarte puede aumentar tus emociones negativas, afectar tu salud en general y obstaculizar las soluciones. No tengas miedo de pedir ayuda.
Cuídate emocional y físicamente. No seas tan dura contigo misma. No te sientas culpable ni tampoco un fracaso. Tómate un tiempo para hacer ejercicio, comer bien y relajarte. Mantén tus rutinas normales tanto como sea posible. Debes estar bien para `poder ver por los tuyos.
Házle saber a tu hijo que puede contar contigo. Si bien la mayor parte del sufrimiento la llevas tú, tu hijo debe saber que no lo abandonarás y que ante todo puede confiar en ti. Tu pequeño será tu mayor motivación para salir adelante.
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