Si alguna vez has sentido que tienes demasiado que hacer y poco tiempo para ello, has sentido que estás a punto de explotar por el estrés o sientes que no puedes encontrar soluciones a nada, ¡bienvenida al club!.
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Pareciera que todo el escenario anterior es parte de la vida hoy día. Pero de acuerdo al Journal of Marketing Research, es posible que tu estrés no se deba a la cantidad de horas que tienes en tu día para llevar a cabo tus pendientes, sino al drama que desarrollas en torno a estos. En realidad, no es gran ciencia: sufrimos de más porque queremos.
«En cualquier momento dado, la mayoría de nosotros experimentamos la sensación de no tener suficiente tiempo, pero no siempre es cierto», dice Jordan Etkin, profesor asistente de marketing en la Escuela de Negocios Fuqua de la Universidad de Duke y uno de los autores del estudio.
En el acelerado mundo laboral de hoy en día, la capacidad de lograr el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, se está volviendo cada vez más difícil. Los empleadores esperan más del personal y cada vez estamos más presionados para lograr mejores resultados y muchas veces, sin tener mayores recompensas.

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Pero, ¿cuándo se volvió aceptable que nuestro día esté regido por más de 10 horas de trabajo? ¿Cuándo dejamos de usar los fines de semana para tomar aire fresco para convertirlos en una extensión de la oficina? Psicológicamente nos hemos sentirnos obligados a dedicar más horas a nuestro trabajo para ser «más productivos» sin embargo, no debería ser así.
Mantener el equilibrio en la vida laboral no solo es importante para tu salud física y mental y tus relaciones, sino que también puede mejorar la misma eficiencia de tu desempeño laboral.
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Cuando aprendemos a balancear la vida laboral y la personal, nos volvemos menos susceptibles al agotamiento
Mientras que el estrés ocasional es normal cuando trabajas, los agotamientos ciertamente no lo son. El agotamiento ocurre cuando te sientes abrumada e incapaz de satisfacer las constantes demandas a tu alrededor. Con el tiempo, tu vida se ve afectada en distintos aspectos incluyendo tus amistades y relaciones. El equilibrio entre la vida laboral y la vida personal es importante, ya que te permite separar el estrés del trabajo y lo que te hace feliz fuera de él.

Permitir que el estrés laboral se infiltre en tu vida familiar o social, es uno de los principales indicadores de que no estás logrando un equilibrio y realmente puede hacerte enloquecer.
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Cuando aprendemos a balancear la vida laboral y la personal, experimentamos menos problemas de salud.
Tu hogar, tu familia, tu círculo de amigos o tus actividades son un refugio a los que acudes para sentirte feliz, ¿no? No es ningún secreto que cuando estamos agotadas, cansadas o estresadas; nuestro sistema inmune sufra las consecuencias.
El estrés puede causar una variedad de síntomas que acaban con tu bienestar general y pueden presentarse desde afecciones «simples» como la gripe, hasta problemas de salud más graves, como problemas respiratorios o digestivos. De cualquier manera, si sientes que el estrés no te deja seguir y ha hecho que ni siquiera quieras desenvolverte en tus actividades fuera de la oficina, debes aprender a desacelerar y tomar el tiempo para cuidarte. No dejes de hacer ejercicio, de bailar o de hacer lo que sea que te haga sentir bien. No dejes que el trabajo te consuma o te aleje de tu felicidad.