Yina Calderón, que aspira a ser la Barbie Colombiana, narró con detalles todos los nuevos problemas que ha tenido con sus cirugías. Adicional, también ha comenzado a tener líos con los biopolímeros que se puso.
La influencer narró en historias (que por supuesto, ya quitó), todo lo que ha pasado con sus nuevas intervenciones. Ahora bien, ella afirma que esto es normal que pase al el cuerpo someterse a procedimientos quirúrgicos.
Así, narró lo que le pasó con el ombligo.
“Estaba realmente no muy mal, tampoco para morirme, pero sí fue muy delicada la incisión. Esto inflamó el estómago e impidió que se fajara el estómago, lo que hizo más lenta la recuperación. Mientras tanto, muchos de ustedes criticando que no se me notaba, sin saber lo que vivía. ¿Por qué pasó? Esto es normal en las cirugías, se me abrieron unos puntos, quizás hice una mala fuerza y tocó esperar a que saliera carnecita para coger los puntos”, relató Yina.
Pero ahí no va lo peor: por supuesto, se le abrió “un hueco” y este comenzó a tener mal olor por el proceso de sepsis. “A mortecino”, lo describió ella. Además, que tuvo que hacerse el nuevo procedimiento a “palo seco”, lo que lo hizo muy doloroso.
Sin embargo, Yina agradeció a su buen cirujano por esto, pero ahora, tiene problemas con otra cosa: los biopolímeros.
Biopolímeros: un reguero de malas prácticas en las famosas colombianas
Calderón contó en el mismo video, como ven acá en Famosos de la A Hasta la Z, que sus problemas con este tipo de sustancias habían vuelto. Sobre todo porque “tenía una montañita en la espalda” y por eso estaba “baja de nota”.
Recordemos que Jessica Cediel dio una infructuosa batalla legal contra el cirujano que por malas prácticas dejó su cuerpo con muchos problemas de salud, a la larga. Y que ella no es la única famosa que ha sufrido por las malas intervenciones de estos médicos.
De hecho, la misma Calderón apoyó a cirujanos como Ricardo Urazán, señalado de causar varias muertes y de malas prácticas. Y muchos cirujanos así han “pasado de agache” ante el gremio nacional, causando daños irreparables para los cuerpos y la salud de las mujeres.
Muchos de ellos avalados, pero sin ningún tipo de ética, responsabilidad o de certificados reales o de garantías para quienes se realizan procedimientos con ellos.