Lo sé, son tiempos demasiados complicados como para pensar en dejar de preocuparte por todo.
Cuando llega la noche y pones tu cabeza sobre la almohada, lo único que viene a tu mente es cómo vas a solucionar todo aquello para lo que no tienes una respuesta.
Es una situación angustiante que sólo te quita la paz ¿pero sabes qué? Está bien no tener una respuesta a todo ahora mismo.
:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/metroworldnews/PLQ6SWSPVNGQLONDDX63IWUS2U.png)
Es común sentirte en un laberinto sin salida cuando en redes sociales sólo ves gente triunfando, concretando sus sueños y construyendo lo que parece una vida perfecta. Es difícil no preguntarte qué hiciste mal para no estar como ellos y por alguna razón, las noches se vuelven una tortura porque simplemente no concilias el sueño.
Te preocupas por ese correo que no mandaste o porque pudiste hacer mejor el trabajo de hoy. Te preguntas si lo que le dijiste a cierta persona estuvo bien o mal y no dejas de pensar en cuánto dinero queda en tu tarjeta. A veces, los recuerdos de aquella mentira que dijiste te atormentan y otras, empiezas a imaginar lo que pudo ser si hubieses actuado diferente. ¡Qué adictivo se vuelve tener los nervios de punta por las noches!
:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/metroworldnews/KQ33JVLDPBDTZL7MCPHEVRH2DY.png)
Lo más simple que podría decirte es que no debes preocuparte por todo, dejar que las cosas fluyan y tratar de resolverlo en la mañana. Sin embargo, sé lo difícil que puede ser.
Un «cambio de chip» es todo un proceso en el que enfrentarte a tus propios demonios puede ser demasiado agotador.
Por eso es liberador decir «no tengo que arreglar mi vida ahora mismo». Perseguir la perfección es un arma de doble filo, nos distrae del objetivo real, que es descubrir cómo ser felices en medio de la imperfección.
:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/metroworldnews/B5AWEZELPVA5DIPQA5EB23CUZI.png)
Arreglar tus problemas no está relacionado con la felicidad pero la forma en la que reaccionas a ellos puede determinar el rumbo que tomes.
Aquí va la cruda realidad: mientras más te preocupes, menos aprovecharás el día a día y menos vas a solucionar las cosas.
Sé que no puedes dejar de preocuparte. Sé que no puedes apagar tus emociones como un interruptor de luz y también sé que no puedes controlar si tu mente da vueltas por la noche, manteniéndote despierta con un millón de preguntas sin respuestas.
:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/metroworldnews/QROJBTIAIJGMXOZUPGTEZALGNA.png)
Pero lo que puedes hacer ahora mismo es recordar que pase lo que pase, estarás bien. No dejes que todo eso absorba tu energía. No permitas que esas preocupaciones te definan porque eres mucho más que todos esos problemas y asuntos sin resolver.
El futuro es incierto para todos y no importa lo que hagas, aunque resuelvas todo ahora, nadie sabe qué pasará más adelante.
Es válido dudar y también sentir esos nervios por algo de lo que no estás segura pero no puedes vivir toda tu vida atada a esos miedos.
Deja de comparar tu vida con los demás. Lo que para unos es felicidad y plenitud, quizá para ti no lo es. Deja de pensar que estás haciendo todo mal porque siempre habrá alguien que piense que tú eres la que está teniendo todo el éxito y una vida perfecta.
Siempre serás tú quien en este momento esté inspirando a alguien más. Enfócate en hacer lo que te hace sentir bien porque ser feliz es también parte de encontrar la solución a la vida.
Más de este tema
Cuando llegas a los 30 aprendes a que no es tu responsabilidad sanar heridas ajenas
Las mujeres fuertes saben que es mejor estar soltera que con amores a medias
5 cosas que pasan cuando aprendes que tu soltería no es una maldición
Te recomendamos en video