Mario Vargas Llosa es un hombre de palabras precisas, claras, tajantes y muy críticas en ocasiones. Una vez más ha alzado su voz para tocar un tema álgido que tiene tantos seguidores como temerosos detractores: el feminismo.
El escritor peruano empieza sus comentarios aclarando que es un hombre que siempre avalará la equidad de género y las luchas que se desarrollen bajo la premisa de encontrar puntos iguales sin que prevalezcan hombres sobre mujeres o viceversa.
En una entrevista concedida a El Clarín, durante su reciente visita a Argentina, Vargas Llosa ha sido abordado por varios temas que van más allá de su galardón como Nobel de Literatura. Siempre ha sido un hombre muy ligado al quehacer social y político del mundo, así que con frecuencia lanza titulares en este orden de ideas. Esta no ha sido la excepción.
“El feminismo, por desgracia, en ciertos países está tomando una deriva sectaria, intolerante, exigiendo un tipo de corrección política que, si se aplicara, acabaría con la literatura e incluso con la cultura”, ha respondido de manera tajante ante la pregunta del periodista Miguel Wiñazki sobre si el feminismo radical acechaba la literatura.
Sin embargo enfatizó: “yo estoy totalmente a favor de la igualdad de géneros. Creo que todas las reformas que se hagan para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres es democrática y liberal y hay que apoyarlas”.
“La cultura no se puede confinar, como intentó la Inquisición, dentro de una cárcel moral, religiosa, o políticamente correcta. Hay que defender la libertad. La gran literatura no ha sido nunca políticamente correcta. Y la literatura en muchos casos ha sido el espolón de proa de muchas cosas que en un primer momento parecían terribles y que luego pasaron a ser aceptadas porque eran avances, progresos en el campo social o cultural. Hay muchas feministas que no entienden eso. Quieren corregir no solamente el futuro sino que quieren corregir el pasado. Y quisieran corregir la cultura del pasado porque era demasiado machista”, declaró Vargas Llosa.
No es la primera vez que el escritor advierte sobre algunos matices oscuros que encuentra dentro de movimientos pro feminismo. Hace algunas semanas en su columna dominical en El País de España, habría comentado que «ahora el más resuelto enemigo de la literatura, que pretende descontaminarla de machismo, prejuicios múltiples e inmoralidades, es el feminismo».
Este segundo pronunciamiento sobre el feminismo lo ha cerrado diciendo que “hay que aceptar que la libertad es esencial para tener una cultura rica y creativa”.