Llegar a la menopausia no solo se limita a hablar de la ausencia de la menstruación, sofocones, sudoración nocturna, cambios de humor o insomnio, pues también es sabido que influye en cómo las mujeres se relacionan con el sexo, un tema que muchas veces genera ficción con las parejas, y que terminan por poner en una difícil posición a la mujer.
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De acuerdo con un estudio de la Universidad de Almería, en España, denominado “Cambios en la sexualidad durante la menopausia”, se asevera que, entre el 40 y el 80% de las mujeres que están en este proceso es afecta la sexualidad y explica que se debe, entre otros factores, a que “la disminución de estrógenos reduce la función de soporte de la pelvis femenina, produciéndose una pérdida de la capacidad de lubricar adecuadamente el tejido urogenital, disminuyendo el engrosamiento de los labios y la erección del clítoris, y resultando el orgasmo más corto”.
Entre sus resultados obtuvieron que “el deseo iba y el nivel de satisfacción en las relaciones sexuales iba aumentando a medida que aumentaba la edad en las mujeres menopáusicas, (…) Pero el nivel de excitación y de alcanzar el orgasmo también disminuyó con la edad”. Entonces, ¿cómo conseguir un punto neutro con el que se puedan sentir a gusto? ya que no implica que el sexo tenga caducidad en las mujeres.
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Esta semana, la BBC Mundo publicó un artículo en el que afirmaron que, actualmente, hay dos terapias que prometen ayudarnos con este asunto., y lo mejor de todo es que no son invasivas. Estas prometen tener cambios bastante positivos. Se trata del láser de CO₂ vaginal y radiofrecuencia no ablativa.
La radiofrecuencia no ablativa consiste en generar calor a través de un aparato que emite ondas electromagnéticas. “Cuando la temperatura alcanza los 40 °C-41 ºC, se activan unas células llamadas fibroblastos para producir más colágeno” y que podría mejorar notablemente a largo la actividad sexual.
Mientras que el láser de CO₂ vaginal es un “procedimiento médico que destruye de forma controlada el tejido de las paredes vaginales. Esta técnica estimula la producción de colágeno y ayuda a la regeneración del tejido, provocando un auténtico “efecto antienvejecimiento” en la vagina”.
Aunque ambos tratamientos quizá no estén al alcance económico de todas las mujeres es importante consultar con tu médico de confianza sobre cómo te sientes para que sea ella quien te diga qué es lo mejor que te puedes hacer para continuar con una vida sexual plena. Además, hay que destacar que se deben cambiar ciertos hábitos, lavar la zona perianal con agua para no alterar el ph de la vagina, de esta forma evitas la sequedad.
Por supuesto, que debes llevar sí o sí ropa interior de algodón, para evitar la humedad; y cuando llegue el momento del sexo, pues usar lubricante vaginal, que impedirá que haya irritación o dolor con la penetración. Eso sí, “debe estar 3,8 y 4,5, y la osmolaridad (concentración de partículas disueltas en la solución), por debajo de los 370 mOsm/kg”, afirma el artículo.