Quizás no es solo tu percepción, en realidad con el paso del tiempo nos vamos ‘amargando’. De hecho, somos más infelices entre los 40 y 50 años, según un estudio avalado por la ciencia.
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Esta es una etapa crucial en la vida de las personas, donde se atraviesa la adultez madura para empezar a darle paso a los primeros años de la vejez, lo que puede dificultar la transición en muchos aspectos laborales, románticos, económicos y sociales.
¿Por qué somos más infelices entre los 40 y 50 años, según la ciencia?
De acuerdo con una investigación de David Blanchflower y Andrew Oswald, profesores de la Universidad de Darmouth y de Warwick, citada por Telva, en realidad sí existe una correlación entre la edad y la felicidad.
A pesar que no es una camisa de fuerza y hay quienes pueden sentirse plenos en distintas etapas de la vida, encontraron que es más común sentirse infeliz entre los 40 y 50 años, sin importar el sexo de la persona.
“La infelicidad tiene forma de colina en función de la edad y la edad promedio donde se produce el máximo es a los 49 años con o sin controles. Hay una curva de infelicidad”, explican los expertos.
A esto se le pueden sumar varios factores que se juntan en esa etapa de la vida: ansiedad por el futuro y la mortalidad, soledad, tristeza por el síndrome del nido vacío, sentirse fracasados por una separación, no se alcanzaron las aspiraciones de jóvenes, sentirse excluídos si casi no vemos a la familia, estar bajo presión, entre otros.
“Los humanos se deslizan por esta forma de U gigante de bienestar mental a lo largo de sus vidas, alcanzando un mínimo generalmente a finales de los 40 y luego subiendo nuevamente hasta más allá de los 70″, es decir, que tras la séptima década de vida vuelve el gozo.
Para ser más felices arrojan ciertos tips: no solo centrarse en acumular logros personales, sino también es importante sentirnos valiosos para alguien (pareja, amigos, vecinos, compañeros de trabajo...), dejar un legado para las futuras generaciones y formar parte de algo más grande que nosotros que nos llene de satisfacción.