Mantén altos tus estándares siempre, incluso si eso implica estar sola por un tiempo. Incluso si odias la idea de ver que todos a tu alrededor están teniendo eso que tú no. Incluso si lo que más deseas es una relación que te haga sentir que tu corazón late fuerte.
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Vivimos tiempos en los que nadie tiene tiempo para nada. Todos siempre vamos a un ritmo tan acelerado que olvidamos hacer esa pausa para reflexionar y hacer una introspección sobre lo que estamos haciendo, lo que queremos y lo que necesitamos.
De pronto se vuelve fácil conformarse con lo poco que nos dan porque creemos que eso es mejor que nada y nos hacemos la idea de que no merecemos más.
Hablando específicamente de amor, la sociedad nos ha hecho pensar que si no tenemos esa relación bonita y estable para cuando llegamos a cierta edad, entonces estamos fracasando. Que si no hemos encontrado a la persona con quien compartir nuestra vida es porque hay algo mal con nosotras.
Quizá si ahora estás soltera o has pasado por varias relaciones fallidas te han dicho más de una vez que es porque eres “demasiado exigente”. Tal vez más de una persona te ha dicho que tener estándares tan altos te hace “difícil de amar” y que nunca encontrarás esa media naranja.
En primer lugar, no necesitas que alguien te complete como si fueses una mitad porque ya estás completa y una relación se trata de complementar. En segundo lugar, no eres demasiado exigente por tener claro lo que quieres y mereces y en tercer lugar, tener estándares altos no te hace difícil de amar.
No es que seas inaccesible, ni tampoco fría y amarga, simplemente sabes que el amor no se trata de llenar vacíos ni tampoco de cumplir expectativas ajenas. Eres consciente de que mereces que te quieran por completo, no a medias.
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Quizá a veces te has cansado de esperar y te has cuestionado si en verdad estás siendo demasiado exigente. No. Nunca serás demasiado exigente cuando de tener una buena vida y ser feliz se trata.
Nunca bajes tus estándares ni cambies tus valores por nadie. No te dejes llevar por esa presión externa que te dice que debes aceptar lo que venga porque te quedarás sola.
Puedes experimentar y explorar pero al final nunca te conformes por ese miedo a no ir al mismo ritmo que los demás.
No se trata de que estés esperando una copia de ti misma sino que sea una persona con ambiciones y metas que lo hagan crecer y que te hagan crecer; alguien que se respete y te respete, que te ame tanto como tú lo amas y que entienda que una relación es un trabajo de dos.
No pierdas tiempo con personas que no tienen ambiciones o que las tengas que perseguir para que se comprometa. No te aferres a quien no quiere quedarse o que te deje toda la responsabilidad de construir la relación.
Si ahora mismo estás dudando de si estás haciendo lo correcto, recuerda siempre que te mereces más de lo que crees. Cuando confías en ti y te amas y mantienes tus metas claras, lo bueno llegará a ti. No busques vivir al ritmo de los demás. No trates de cumplir expectativas ajenas porque cada quien escribe su propia historia.