Las películas y libros de amor nos ha acostumbrado a creer que el destino de una relación está basado únicamente en ese chispazo que sientes cuando conoces al «indicado». Creemos que el llamado «hilo rojo del destino» lo es todo para definir cuan fuerte será una nueva relación sin embargo, olvidamos que dentro de todo el romance y la idealización está la consistencia.
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Sí, la química inicial que sientes por esa persona es increíble, al igual que las chispas que brotan cada vez que se dan un beso o esas cosquillas que recorre todo tu cuerpo cuando toca tu piel desnuda. Pero ante todo, es importante que estés segura que todo ese amor viene con la intención de seguir construyendo y reforzando lo que ahora tienen. Por eso, quédate con quien esté dispuesto a trabajar todos los días en ustedes y no sólo a veces.
El amor no es querer hoy e ignorar mañana para volver a querer pasado mañana. El amor es cosa de todos los días.
La falta de consistencia nos hace creer que no somos suficientes y que nunca podemos serlo, para esa persona ni para nadie más. Quien hoy te recorre todo el cuerpo con sus besos y mañana desaparece porque hablaste del futuro, no merecen de ti.
Así que deja de aceptar amores a medias con respuestas vacías que no te dan certeza de nada. No busques amores por miedo a estar sola porque estarás condenada a olvidar lo mucho que vales.
Quédate con quien esté dispuesto a trabajar en la relación hoy, dentro de un mes y dentro de unos años. Alguien que sea lo suficientemente maduro como para manejar las responsabilidades que conlleva amarte. Alguien que no vea el compromiso como un castigo o una condena de esclavitud. Porque llega un momento en la vida en el que no estás para juegos, así que mereces estar con alguien que te asegure que tu tiempo y tus esfuerzos están bien invertidos.
Quédate con quien puedas reír en las noches antes de dormir, pero también con quien esté dispuesto a mantener conversaciones profundas contigo. Alguien que te escuche cuando hablas y que te mire a los ojos aunque no tengas razón (o sí).
Quédate con quien se esfuerce por hacerte sentir incluida, alguien que te invite a salir con sus amigos y te lleve a cenar con su familia pero que no te deje como «la novia de…» o «la esposa de…» sino como el ser único e individual que eres.
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Sí, el amor es la base de toda relación pero este no garantiza una construcción segura y fuerte. Se requiere de trabajo arduo y mutuo, en donde ambas partes pongan de sí para seguir creciendo.
Mereces alguien que sea capaz de darte lugar, de esforzarse por perseguirte y sobretodo de mantenerte todos los días aún cuando sepa que lo amas.
La persona con la que estés no debe hacerte dudar si eres amada, tampoco debe hacerte sentir que todo el peso de la relación está sobre ti. Porque cuando dos personas son lo suficientemente maduras y comprometidas, serán capaces de luchar contra tempestades para fortalecer lo que los une. Por eso, no debes conformarte con alguien que lo único que te ofrezca sean promesas de amor.
Quien te ame, lo hará intensamente y por completo. Será constante, no sólo cuando las cosas vayan bien, sino también cuando vayan mal. La vida no es perfecta y en toda relación existen altibajos pero si es la persona adecuada para ti, estarán juntos por encima de cualquier obstáculo.