El amor no siempre es lindo
Nos han vendido la idea de un amor eterno, un amor de la vida, la media naranja. Hemos romantizado tanto la idea que no nos damos cuenta del peligro que hay en esta forma de pensar.
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No estamos incompletos para buscar a una persona que nos arregle. Este tipo de pensamientos terminan casi siempre en una relación tóxica. Queremos una pareja que venga a componernos, a arreglar problemas que solamente nosotros podemos solucionar.
¿Lo peor? Tener un corazón no es nada fácil, y a veces tarda años en reponerse. Sin embargo, es una dolencia con la que debes vivir, sonreír, y ser funcional. Porque el mundo no para por una relación que no funcionó.
Te vuelves más fuerte
Las mujeres que han conseguido sanar, y vencer, necesitan un aplauso. Es mucho más complicado en verdad cerrar un ciclo, y no taparlo con cualquier otra relación para no lidiar con el dolor.
Quienes han salido de la adversidad –sobretodo aquellos que enfrentaron a alguien tóxico en su vida– son más fuertes. Saben qué aceptar y qué errores no volver a cometer.
No es que tengas pase libre y nadie te vuelva a romper el corazón. Sin embargo, aprendes a ser más tolerante, a valorar los pequeños detalles, y a rechazar a todo aquel que falte el respeto a tu amor propio.
Los corazones rotos no son en balde, son poderosas lecciones que definen nuestro presente.