Cuando estamos en una dieta, o simplemente queremos rebajar algunos kilos demás, evitamos a toda costa el uso de sal en nuestras comidas.
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Muchas son las razones para hacerlo: retención de líquidos, aporta grasa, es mala para el corazón y pare de contar, pero solo debemos cambiar de sal común a sal marina para obtener todos los beneficios sin perder el sabor de nuestras comidas.
La sal que usamos en la cocina no siempre es sal marina, si bien viene del mar, la más común pasa por varios procesos para refinarla y le elimina algunos minerales como el magnesio y el yodo, además le añaden yoduro de potasio, dextrosa y blanqueador.
La marina se identifica por tener un sabor más fuerte y su presentación en granos más grandes que los de la común.
Estos son algunos de sus beneficios:
1.- Fortalece el sistema inmunitario: las defensas naturales del cuerpo se benefician con los minerales que contiene, esos que se pierden cuando pasa por el proceso de refinación a sal común.
2.- Sirve para combatir la depresión: ayuda a la segregación de la serotonina y la melatonina, dos hormonas necesarias para controlar el estrés y la depresión.
3.- Mejora tu circulación: mejora el flujo de sangre por el cuerpo. Esta propiedad ya hace que su consumo sea de suma importancia.
4.- Ayuda a perder peso: es un alimento alcalino. Esto significa que actúa para que el estómago genere sustancias que sirvan para eliminar aquellas otras que nos hacen daño, como las grasas.
5.- Alivia los ataques de asma: también es un potente anti inflamatorio y algunos doctores recomiendan colocar un poco en la lengua cuando se sufra una crisis de asma.