¿Qué te mata las pasiones? Este post no se va a tratar de las típicas cosas “poco sensuales”—como los gases o los olores—que hacen que la libido quede por el suelo, sino que de esas actitudes que descartan toda posibilidad de seguir en un momento íntimo.
Pueden ser palabras, gestos, puntos de vista; por más que nos guste mucho una persona, si este tipo de actitudes se repiten en el sexo, pueden provocar que la otra persona comience a perder la paciencia.
A veces no nos damos cuenta de que lo que decimos le puede molestar a nuestra pareja, o tampoco nos damos el tiempo de comunicarle esa molestia a él o ella cuando nos desagrada lo que hizo o dijo.
Aunque todo esto puede variar según los gustos o forma de ser de cada persona, hay cosas que, generalmente, no ayudan mucho a mantener viva la llama. Como por ejemplo, que tu pareja tome el celular para contestar los WhatsApp cuando están teniendo sexo.
¿Acaso no puede esperar a terminar para saber lo que escriben sus amigos? Definitivamente, el celular no tiene lugar en las relaciones sexuales y lo más sano es dejarlo lejos para que no intervenga en esos momentos.
El egoísmo también puede matar las pasiones. El sexo es de a dos y la gracia de esto es compartir el placer y hacer partícipe a tu pareja de tus sensaciones. Hay personas que se enfocan demasiado en su propio placer e ignoran al otro.
¿Odias los clichés? Si es así, lo más probable es que tampoco los aguantes en el sexo. La idea es que sea natural y no como una película en que el hombre es un semental y la mujer cae rendida a sus pies.
El sexo mecánico y la falta de comunicación también pueden reducir tu deseo sexual. Quieres tener relaciones con un ser humano, no una máquina programada que cumple su trabajo y ya está.