Luego de que en Chile el asesinato de un joven homosexual, llamado Daniel Zamudio, despertara a una adormecida sociedad envuelta en la intolerancia, hoy, a cuatro meses del doloroso episodio, fue promulgada la Ley Antidiscriminación.
La conmoción social llevó a que se generara con urgencia una medida que lograra poner freno a este tipo de repudiables conductas, creando el proyecto de Ley, también conocido como Ley Zamudio, aprobada el jueves 10 de mayo de este año.
Con la presencia de la familia de Daniel, el Gobierno promulgó la ley antidiscriminación en una ceremonia en La Moneda, donde asistieron los presidentes del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) y de la Fundación Iguales, Rolando Jiménez y Pablo Simonetti, respectivamente. Ademàs de ministros de Estado, como Andrés Allamand (Defensa), Andrés Chadwick (Segegob) y Carolina Schmidt (Sernam) y diversos representantes de las comisiones de Derechos Humanos de ambas cámaras.
En un año marcado por las denuncias contra la discriminación, el caso de Zamudio fue el que traspasó todos los límites, sin embargo, hechos como el de las empleadas domésticas discriminadas en un club de golf, la segregación social, racial, de clase, de género, han estado presente durante toda la historia de nuestro país. Por lo que esta nueva legislación buscara defender las libertades personales de los chilenos, previniendo, sancionando y corrigiendo de manera mucho más eficaz estos actos.
Sin embargo, no dejo de pensar en lo lamentable que es que se tenga que generar una ley para prohibirnos hacer algo que por principios no debiera existir, donde el avance más que en la Ley, personalmente lo atribuyo al despertar social, al mismo que lloró por Zamudio y que espero el día de mañana, deje de decirle “el peruanito” por ejemplo, al compañero de su hijo, que nacido en Chile tiene padres extranjeros. ¡Seamos serios!