París Jackson ha logrado atraer la atención del público por razones más allá del hecho de ser la hija del mítico Rey del Pop, Michael Jackson.
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La joven de 19 años, ha logrado incursionar en el mundo de la moda, además de ser protagonista de la alfombra roja por su belleza y singular personalidad. La imagen de Paris naturalmente despertó muchas interrogantes en torno a la paternidad de Michael, pues de sus tres hijos, es la que menos podría parecerse al cantante.
Su cabello rubio platino y alborotado, su sonrisa y su estilo rockero pero sofisticado, han hecho que muchos la consideren digna estrella de los reflectores pero si algo ha cautivado más que todo eso junto, son sus deslumbrantes ojos verde-azulados. Y mientras que unos alegan que sus ojos no pueden ser naturales, otros aseguran que se trata de una extraña condición médica.
¿De qué se trata esta condición?
La primogénita del Rey del Pop, en realidad tiene una rara afección ocular que afecta el color de sus ojos y aunque no hay problema alguno con su visión, no deja de llamar la atención la manera en la que asemejan a unos cristales.
Aunque aún no se sabe con exactitud, se cree que se trata de un tipo del Síndrome de Waardenburg, una extraña afección genética que afecta la piel y otros órganos, provocando trastornos en la pigmentación. Uno de los síntomas que presentan los pacientes de este, es un color de ojos azules extremadamente pálidos o cristalino, como una especie de albinismo parcial. En otros tipos de este síndrome se puede presentar sordera y problemas de visión, pero esto no abarca el caso de Paris.