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Juguete sexual del mes: máscara o antifaz erótico

La sexóloga Alessia Di Bari nos muestra una forma más de explorar nuestro placer sexual

Por Alessia Di Bari

Sexóloga

 

– ¿Qué es? Es una máscara o un aditamento que cubre el rostro total o parcialmente.

– ¿Existe un material ideal? No, generalmente son de tela, pero también las hay de plástico, látex o incluso de cerámica.

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– ¿Todos tienen la misma función? En estricto apego, sí. Todas sirven para ocultar nuestra identidad y, algunas, para privarnos de uno de nuestros sentidos más preciados: la vista.

– ¿Para qué sirve? Es ideal para ti, si te quieres atrever a romper y/o sobrepasar tus límites, sobretodo los del «deber ser». Desde los superhéroes hasta los verdugos, todos las usan.

Además, en el caso de los antifaces en los que no podemos ver, obligamos al resto de los sentidos a funcionar de forma más intensa y a tenernos al borde de lo desconocido.

– ¿Cómo se usa? Lo primero que necesitas tener claro es a qué te gustaría atreverte. Antes de empezar escoge bien tu máscara, ya que implica conectarte con esa ‘otra’ parte de ti que desear personificar; esa que está medio escondida, que te da pena sacar a relucir, pero que quieres probar. Ahora sí, ya está todo listo, recuerda estar segura de que esto es lo que quieres, para poder disfrutar de la experiencia y dejarte llevar por esa parte de ti que hoy quiere salir a jugar.

– ¿Cuánto tiempo debe durar la experiencia? El tiempo que funcione para ti. Como siempre, mi recomendación es empezar poco a poco e irle subiendo el tiempo y la intensidad –acorde a lo que vayas necesitando-.

Frecuencia: No hay un ideal en la frecuencia, la cantidad de veces que para ti esté bien, esa será la frecuencia correcta.

Necesito saber: Además de ser una poderosa herramienta de seducción, es una de las tantas formas que tenemos de proyectarnos y sí, en ocasiones es común que elijamos personificar a alguien que admiramos, pero también es cierto que –a veces- sólo encarnamos estas «nuevas» características porque tenemos ganas de probar o jugar. Además, cuando jugamos y nos atrevemos, terminamos descubriendo que esas cualidad siempre han estado ahí, sólo era cuestión de dejarnos fluir; es probable que después de algunas veces de tener juegos eróticos con el antifaz puesto, ya te sientas cómoda comportándote así, incluso sin el antifaz. 

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