Por Antes de Eva
Un estudio reciente hecho en Dinamarca por el Instituto de Investigación en Felicidad (HRI, por sus siglas en inglés) reveló los hábitos de las personas en Facebook y cómo estos afectan su bienestar y felicidad.
El estudio fue realizado a mil 95 personas en ese país a las que aleatoriamente se dividió en dos grupos, a uno de los grupos (grupo de tratamiento) se les pidió que dejaran de usar Facebook por una semana mientras que el resto de las personas (grupo de control) continuaban con sus hábitos en línea.
Los resultados revelaron que casi todas las personas (94%) visitan esta red social como parte de su rutina diaria, 86 % actualizan su página de inicio seguido o muy seguido, 78 % usan esta red durante 30 minutos o más al día, 61 % prefieren publicar sus lados buenos y 69 % prefiere publicar fotos de las cosas grandiosas que experimentan.
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Después de que la mitad de ellas dejara de usar Facebook durante una semana el HRI encontró que su nivel de satisfacción en su vida aumentó significativamente, mientras que el de las personas que continuaron con sus hábitos se mantuvo casi igual.
El último día del estudio se les preguntó a ambos grupos sobre los estados de ánimo que experimentaron ese día, las personas que descansaron de Facebook durante la última semana reportaron sentirse más felices y con menos tristeza y soledad, 88 % de ellas manifestaron sentirse felices, mientras que 81 % de las personas que continuaron con sus hábitos en línea refirieron lo mismo. En cuanto al estrés, 54 % de las personas del grupo de control se sintieron preocupadas, frente a sólo 41 % del grupo de tratamiento.
Además de que el uso de Facebook puede causar sentimientos negativos, para las mujeres representa otro espacio en el que enfrentan violencia contra ellas.
La violencia contra las mujeres en línea es una experiencia que se refleja en las interacciones diarias que tenemos y se manifiesta a través del ciberacoso, agresiones en línea, manipulación de imágenes y violaciones a la privacidad, todas acciones que forman parte de la violencia contra las mujeres y las niñas que las pone en peligro cuando trabajan, se comunican o socializan en Internet, como lo explicó Dafne Plou, coordinadora regional del programa de mujeres de la Association for Progressive Communications (APC), durante su participación en el Foro Internacional Medios, Género, TICs y Periodismo celebrado en 2015 en la Ciudad de México.
En ese tenor un estudio de APC publicado en agosto de 2014 reveló que las intermediarias de internet (Facebook, Twitter y YouTube) no asumen un compromiso directo frente a la violencia contra las mujeres en línea, hasta que se convierte en un problema de relaciones públicas.
También se evidenció la falta de transparencia en cuanto a los procesos de denuncia y reparación del daño, así como la carencia de compromiso con las perspectivas de las mujeres no norteamericanas o europeas.
Estas omisiones también denotan la falta de compromiso público de las intermediarias con las normas de derechos humanos más allá del ejercicio de la libertad de expresión, el cual interponen por encima de los derechos de las mujeres a la comunicación, la información y a una vida libre de violencia.