Por Corina del Carmen
La violencia contra las mujeres ejercida por compañeros íntimos representa un gasto de un 5.2 % de la economía mundial; una de cada tres mujeres sufre violencia a lo largo de su vida y la mayoría de las veces esta violencia es provocada por personas conocidas.
DESCUBRE MÁS
- Indignante tutorial: «Maquilla los golpes que te da tu pareja »
- Ivanka Trump: la mujer más importante al lado de Donald Trump
- «Teníamos que estar siempre delgadas y perfectas»: la presión de ‘Sex and the City’
«La violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo una de las violaciones de los derechos humanos más graves –y la más tolerada– en todo el mundo. Esta lacra es tanto causa como consecuencia de la desigualdad y la discriminación de género».
Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de la Organización de las Naciones Unidas dedicada a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres (ONU-Mujeres).
A pesar de que la violencia contra las mujeres es una pandemia a nivel mundial, aún entre los países más igualitarios, todavía hay quienes pretenden negar esta evidente desigualdad y se pronuncian abiertamente en contra de los derechos que los movimientos feministas alrededor del mundo recuperaron para las mujeres. Uno de estos movimientos es el llamado Man Going Their Own Way- MGTOW (Hombres por su cuenta) quienes se declaran abiertamente contra el feminismo.
En su página web explican que este movimiento es una declaración de «auto-propiedad» para conservar y proteger la soberanía del hombre moderno que rechaza las «definiciones culturales de lo que es un hombre». Esas «definiciones culturales» que dicen rechazar son precisamente los roles de género, es decir, construcciones culturales que asignan tareas, actividades, sentimientos, actitudes, etc., a las personas según su sexo, dentro de una matriz heteronormativa que sólo admite dos sexos (mujer y hombre) y dos géneros (femenino y masculino).
Este grupo también expresó que «se niega a inclinarse, servir y arrodillarse para tener la oportunidad de ser tratado como una utilidad desechable», consignas de los movimientos feministas alrededor del mundo que reivindican los derechos de las mujeres en esta sociedad que históricamente las oprimió por el simple hecho de serlo. Aún así, ellos proclaman que si este movimiento es fuego, el feminismo es la gasolina, y en ese tenor citan la tercera ley del movimiento de Newton: «Cada acción tiene una reacción igual y opuesta».
La violencia contra las mujeres no es nueva ni se trata de actitudes personales, es histórica, sistemática y política (entendiendo la política como el ejercicio de las relaciones de poder dentro de la sociedad), cifras publicadas por ONU-Mujeres revelaron que a nivel mundial una de cada tres mujeres sufre violencia a lo largo de su vida, y la mayoría de las veces esta violencia es provocada, no por la inseguridad, ni por extraños en la calle, sino por personas conocidas, queridas y en quienes confían. Hasta 2012 casi la mitad de los feminicidios en el mundo fueron perpetrados por el compañero sentimental o algún familiar de la víctima.
A pesar de esta evidente y sistemática violencia que permea en todos los aspectos de la vida de las mujeres, incluido el ámbito laboral, quienes integran MGTOW argumentan que los hombres son oprimidos por la estructura hetero-patriarcal de la familia, ellos dicen que «la supervivencia y el apareamiento son el modelo del éxito para los animales salvajes (…) pero el matrimonio y los niños no son el pináculo más alto del éxito para los hombres».
Estos hombres desconocen que son ellas las que históricamente se vieron desplazadas de la vida pública para el cuidado de la familia, incluso en la modernidad en que las mujeres salen a trabajar, se les impone una doble jornada sin pago.
Un estudio del Foro Económico Mundial reveló que las mujeres trabajan más horas, pero con menos remuneración económica. El estudio informó que las mujeres tienen en promedio una jornada laboral de ocho horas y 39 minutos, con cuatro horas 39 minutos de trabajo no remunerado, mientras que la jornada para los hombres es de siete horas 47 minutos con una hora y media sin pago.
Además de constituir una violación grave a los derechos fundamentales de las mujeres, la violencia contra ellas también conlleva altos costos económicos. La violencia ejercida por compañeros íntimos representa un gasto de un 5.2 % de la economía mundial, de acuerdo con un estudio de 2014 citado por ONU-Mujeres.
La violencia de género se extiende a todas las áreas de la vida, en el ámbito laboral, docente, institucional, político, doméstico, etc., y se manifiesta de maneras tan crueles como la trata de personas para fines de explotación sexual comercial, delito en el que 98 % de las víctimas son mujeres; o la mutilación genital femenina que atormenta como mínimo a 200 millones de mujeres y niñas, según cifras de ONU-Mujeres.