Por: Jessica Celis Aburto
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Su nombre irrumpió en la escena del diseño local hace 8 años, y sólidamente se ha fijado como una de las marcas más alabadas del rubro. Desde niña cosía, pero nunca imaginó que se dedicaría al diseño. De hecho, antes de optar por este oficio estudió actuación y trabajó en ello. Y también como productora de teatro y danza contemporánea, de eventos y de moda. En ese tiempo cosía cojines. Siempre estuvo vinculada al tema estético. Luego estuvo a cargo del proyecto Paula Práctica cerca de 2 años, tiempo en que se refrescó su inquietud por el diseño. Y motivada por su pareja –el diseñador y artista visual Pablo Nuñez– ingresó a estudiar con la reconocida costurera Laura Rivas. «Él vio en mí lo que yo no veía», cuenta. «Cosía, pero me faltaba la técnica y el tema del moldaje no lo conocía nada, no sabía cómo hacer un molde. La llamé un día y me dijo que fuera a verla. Nos juntamos y finalmente me quedé con ella estudiando cerca de 2 años».
¿Por qué optaste por la Alta Costura?
Porque era lo que me gustaba hacer. El refinamiento de los géneros siempre lo tuve, y de chica me interesaba la buena ropa. Prefiero tener sólo una blusa blanca, pero Valentino. Punto.
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Entonces, ¿cuánta ropa tienes?
Muy poca. Tengo lo que uso y me pongo, nada más. Disfruto más viendo cómo se visten mis clientas. Con el tiempo llegan con un guardarropa que yo misma les he hecho y no me he dado cuenta. Se ponen mucho mi ropa para venir, y eso es súper lindo (risas).
Define a tu clienta:
Generalmente es una mujer profesional, ABC1, porque hay que tener las lucas para pagar los géneros que uso, porque son caros. También hay otras que quizás no tienen mucho dinero pero lo juntan y una vez al año me compran una o dos piezas. También tengo mujeres mayores que ya están jubiladas. En general es una mujer que tiene mucho gusto por la moda, siente placer en el vestuario y no se viste por cumplir. En el vestir tienen una gran experiencia de gozo. Algunas se mandan a hacer la ropa, otras me dicen qué color quieren o qué le pondrían a alguna prenda que ya tienen.
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¿Aceptas eso?
Sí, siempre y cuando me parezca. Eso me sirve mucho, que me traigan ideas. De hecho muchos de mis diseños los he sacado desde mis propias clientas.
Hay muchos diseñadores que por ningún motivo permiten que interfieran en alguna de sus creaciones…
No es mi rollo. No creo en la hegemonía del diseñador que tiene que imponer; eso está un poquito pasado de moda. Lo que importa es darte cuenta para quién estás diseñando, así la marca se empieza a transformar en un ente mucho más rico de lo que pudiese ser si todo se me ocurriera a mí sola. Yo diseño para cuerpos que conozco. La realidad se transforma en una marca.

¿Qué otro gusto nos representa?
Estar suelta. Aunque hay dos tipos de clientas: la que le gusta todo suelto y la que le gusta todo apretado. Mi clienta se conoce muy bien, sabe lo que le queda y lo que no. De hecho no trabajo con tallas. Hay un tipo de formas que son para un tipo de cuerpo, y otras para otros.
Después de 8 años dedicada al diseño, ¿cómo ves al público local?
Creo que las mujeres y hombres chilenos estamos adquiriendo una especie de estética más cosmopolita. Una mujer sofisticada chilena se viste como una mujer sofisticada de Milán. Tiene una identidad muy elegante. Sé que hay gente que no está de acuerdo conmigo y me lo ha dicho, pero me parece que la chilena es elegante porque es sobria, y creo que no hay que pelear frente a ella. Le gustan los materiales nobles, las lanas, el cuero.
Kika trabaja con materiales nativos, y su rescate. «Siempre he trabajado con las mismas telas, partiendo por la alpaca, que obtengo en Perú. Este año traje cachemire de Milán, y utilizo retazos de Bellavista Oveja Tomé antiguos, lanas, muselina de seda italiana, encaje francés. Estoy muy enfocada en la alpaca, sobre todo por un tema identitario con América Latina. El cachemire es una maravilla pero cuesta adquirirlo, tengo que traerlo desde Italia. En Chile no hay telas, es una tragedia. Y no vamos a ser muchos los diseñadores mientras no exista materia prima. Para nosotros la competencia con China es feroz. Desde que llegaron los productos desde allá, murió toda la industria textil en Chile», detalla.

Las novias y novios
Cuando comenzó a diseñar pensó que se dedicaría a los vestidos de novia más que otra línea de vestuario. Y si bien amplió su espectro con colecciones de calle, este año lanzó su colección de novias y novios. «Creo que se ve muy bien cuando hay un código de vestuario que dialoga de manera perfecta en la pareja, están en el mismo lugar. Qué fome ver a un novio que llega con un traje que no ‘pega’ con el de la novia. Visualmente no es bonito. Uno no se viste sólo para verse bien, sino que lo hace para el otro, para que sienta placer de verte». De estas micro colecciones de novias y novios, vendió todas las piezas.
¿Cómo son tus novios?
No son tan jóvenes, de 30 años para arriba. Mi idea es una novia y novio más relajados, de un estilo formal-flexible, concepto que me funciona muy bien y que se traduce en cómo llevar una prenda formal sin que te apriete. Y es una línea que trabajo en general, como en los vestidos de noche largos. Siempre trato de que haya movimiento, que todo respire. En el caso de los abrigos siempre tienen una cantidad importante de género para que exista esa especie de «aire».
¿Cómo ves la escena actual chilena del diseño de moda?
Súper buena. Somos un grupo pequeño, todos muy profesionales, con una estética muy distinta, y eso me encanta. Con algunos compartimos clientas porque cuando ellas ya se atrevieron, se dieron cuenta de lo que es la buena calidad. Me gusta ver lo que hacen los otros y encuentro que está bastante bueno. La moda sale desde la calle y la gente la traduce. La moda está en mis clientes: tengo que saber qué quieren para ver qué les puedo ofrecer desde mi estética.
Mercedes Benz Santiago Fashion Week
29 y 30 de septiembre, jueves y viernes, es la fecha para el evento de moda más esperado de Chile. Este año se presentarán exclusivos diseñadores ante los ojos de los amantes de la moda de autor nacional, sumando en total 7 nombres que mostrarán sus colecciones Primavera-Verano. La organización acaba de confirmar la participación de Gabriela Farías y su marca Zurita –quien por primera vez mostrará tejidos hechos a telar, más otros 100% green, como seda y algodón orgánico–; Magdalena Olazabal, de Mo, quien presentará su colección mixta DADA 2017, y María Cienfuegos, quien bajo el nombre Botanical Garden nos regalará una colección femenina y romántica inspirada en un jardín de flores y plantas. Ellas se suman a Kika Neumann, Pas Denom, Qüina y SISA, en una pasarela increíble con lo mejor del diseño y confección local.