Ser tía es sin duda uno de los placeres más grandes de la vida. Tus sobrinos se convierten en tus cómplices de vida, a los que puedes guiar con tu sabiduría al tiempo que los conscientes.
Especialmente tener una sobrina a quien guiar, se vuelve una tarea muy importante. que debes asumir con responsabilidad.
Quizá ella no viva contigo, quizá la veas de vez en cuando pero lo que es un hecho es que ella ve en ti a esa mujer fuerte e inteligente a quien querrá seguir. Es entonces cuando entiendes que tienes la posibilidad de enseñarle todo lo que has aprendido, de modo que crezca creyendo que puede luchar contra todo.
Enséñale a tu sobrina a romper el molde.
Las mujeres siempre hemos vivido bajo demasiadas presiones sobre cómo debemos ser, vernos y actuar. La sociedad ha sido muy buena para atar nuestras alas, para hacernos creer que no somos suficientes si no cumplimos con sus expectativas. Nos prohíbe mostrar vulnerabilidad y al mismo tiempo, no nos permiten mostrarnos más fuertes.
Es casi seguro que hayas crecido con la idea de las niñas debemos ser delicadas y recatadas de lo contrario, sólo asustarás (porque claro, ¿cómo vas a encontrar a ese príncipe azul que te rescate si no te dejas?).
Ahora que tienes a tu sobrina a tu lado, es momento de enseñarle a romper con esas viejas formas.
Está bien soñar con princesas y cuentos de hadas pero conforme vamos creciendo, vamos cambiando nuestros ideales y con ello la forma en la que vemos el mundo. No se trata de que modifiques su forma de ser a tu gusto, sino que la guíes para que encuentre sus propias pasiones y desarrolle un espíritu libre, lejos de las expectativas.
Enséñale que no necesita ser como todos dicen que tiene que ser.
Tu sobrina no tiene la obligación de “gustarle” a los demás. No permitas que piense que no es suficiente o que no está haciendo bien las cosas sólo porque no va al mismo ritmo que los demás. No permitas que se cuestione lo que es capaz de hacer, enséñale que ella puede con todo.
Resalta que ella es hermosa en su corazón y en su mente, no sólo por cómo se ve o cómo se viste sino por los valores que tiene. Y por cursi o cliché que parezca, recuérdale siempre que la verdadera belleza viene de adentro.
No necesita la aprobación de nadie para «ser bonita». No tiene que tratar de gustarle a nadie para ser alguien importante.
Enséñale que su valor no depende de lo que los demás piensen de ella. No tiene que cambiar por nadie ni ser como los demás esperan. Estamos en un momento en el que queremos romper con esos estereotipos de belleza que sólo nos encasillan y nos hacen dudar de nuestro valor.
Como tía, puedes animarla a seguir una pasión que le permita expresarse y sentirse segura de su cuerpo y persona en general. Que tus elogios se concentren únicamente en su físico y evita en la mayor medida posible quejarte de tus propias imperfecciones frente a ella porque creerá que eso es más importante.
Sé honesta con ella y dile que no le agradará a todo el mundo y que eso está bien. Es imposible complacer a todos y es agotador intentarlo porque siempre encontrarán algo qué criticar. Enséñale que la única persona a la que debe gustarle es a ella misma y que no hay nada más poderoso que verse con amor cada vez que se para frente al espejo.
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