Los berrinches inspiran ansiedad en muchos padres. Dado lo desestabilizadores que pueden ser, esta intensidad de la preocupación de los padres tiene sentido. De la nada, su niño, en su mayoría educado y de buen comportamiento, crea toda una escena gritando y pataleando si no cumplen con sus demandas. Y aunque son situaciones delicadas, existen técnicas para calmarlas a través del cariño y la comprensión.
Con un poco de preparación reflexiva, puedes aprender a evitar muchos berrinches y a reaccionar de la manera más tranquila y constructiva posible cuando tu hijo atraviese por ese momento. Por eso algunos expertos en psicología dejaron algunos consejos que prometen hacer de esta situación un poco menos descabellada y controlarla de manera sana.
Descubre cómo calmar un niño con berrinches a través de muestras de cariño y comprensión
Mantente lo más calmada posible
Rebecca Schrag Hershberg, psicóloga clínica comenta que “un padre debe ser el termostato, no el termómetro. Tu objetivo es restablecer la temperatura”. Si no estás calmada, es mucho más difícil para tu hijo hacerlo, reseña el diario The New York Times.
También hizo hincapié en que las rabietas no son personales. “No es tu culpa que tu hijo arme un berrinche, pero es tu responsabilidad ayudarlo a salir de él. Haz una pausa y ofrécele un consuelo amoroso. Respiren profundamente, cuenten hacia atrás si eso ayuda”, comentó la experta. “Si tiene problemas para mantener la calma, trate de tomar nota de por qué tu hijo podría estar tomando esa actitud y aprender de ellas para solucionar la situación”.
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Consulta tus recursos
Así como cada niño es diferente, cada berrinche también lo es. Por lo tanto, diversos métodos deben ser usados para contener la situación, por lo que los expertos recomiendan familiarizarse con varias técnicas para abordar de manera exitosa esta clase de situaciones. Cada uno de los siguientes métodos será más fácil y eficaz con la práctica:
Abraza a tu hijo
Para aclarar, esto no significa restringir físicamente a tu hijo u obligarlo a abrazarlo en contra de su voluntad. Pero una expresión de tu amor y afecto puede tranquilizar a un niño que se siente abrumado.
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Distráelo
Si, por ejemplo, el hermano de tu hijo le ha arrebatado su juguete, es posible que pueda poner fin al berrinche ofreciéndole otro. Otras formas de distracción que vale la pena probar incluyen cambiar el entorno moviéndose a una habitación diferente o poniendo su canción favorita. El método de distracción tiende a funcionar mejor con los niños más pequeños, cuyos recuerdos son más breves y que pueden olvidar sus frustraciones de un momento a otro.
Sugiere técnicas para calmarse a sí mismo
Esto requiere un poco de planificación avanzada, pero a los niños mayores se les pueden enseñar técnicas como respirar profundamente o contar hacia atrás, y se les puede recordar que las prueben cuando se produzca una rabieta.
Dale un «tiempo de espera» muy breve
Esto no significa poner a tu hijo en un rincón o enviarlo a su habitación como castigo. El enfoque del tiempo de espera para el manejo de los berrinches implica decirle al niño con voz tranquila que esperarás a que se calme y que esperas volver a hablar una vez que eso suceda. Este método es particularmente útil cuando tú misma te sientes abrumada (incluso puedes admitir que sientes esto ante tu hijo como una forma de expresar empatía).
Después de un berrinche
Una vez que la situación se ha controlado, déjala atrás. Resiste la tentación de reprender a tu hijo por la rabieta después del hecho. Es posible que los niños más pequeños ni siquiera lo recuerden o no entiendan a qué te refieres, mientras que los mayores pueden sentirse tan avergonzados que vuelven a hacer una escena.
Si crees que es necesaria una conversación, espera hasta que tu hijo se haya calmado. «Siempre que sea breve, positivo y constructivo, y no se trate de revivir ni avergonzar sobre lo sucedido», dijo el psicólogo clínico Vasco Lopes. “Por un lado, no vas a evitar que suceda la próxima vez. Y en segundo lugar, puedes reavivar la llama de la rabieta si se sienten avergonzados o culpables por eso «.
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