La música puede generar emociones y sentimientos y estos a su vez favorecen el desarrollo de habilidades y destrezas desde temprana edad. Y es que la música entre muchas cosas, sirve para reducir el estrés y para mejorar el ánimo.
En el caso particular de los niños, la música constituye una fuente de infinitos beneficios, ya que influye en su desarrollo intelectual, auditivo, sensorial, del habla y motriz.
“La música es un arte capaz de activar la imaginación, ayuda al desarrollo mental y social de los niños como la mejora de una buena memoria, aumenta la capacidad de atención y concentración, así mismo, ayuda con el aprendizaje académico”, expresó el profesor de música José Becerra.
La música además de disminuir el estrés en el niño también favorece al pequeño en lo siguiente:
Aumenta la autoestima, ya que permite que el niño se exprese libremente.
Estimula sentidos como el baile.
Favorece la interacción social.
Ayuda a establecer rutinas por lo cual genera disciplinas en el niño.
Sirve como recreación y en otros casos como incentivo para hacer de la música su profesión.
Les da seguridad emocional y confianza, ya que se sienten comprendidos al compartir canciones, e inmersos en un clima de ayuda, colaboración y respeto mutuo.
Que el niño escuche música o la practique ayudará a un desarrollo más dinámico y proactivo ante sus compañeros y con personas ajenas a su entorno, pues la misma genera en ellos seguridad ante otros.
“Practicar y tocar un instrumento hace que los niños puedan manejarse con mayor seguridad, pues una disciplina que pocos realizan. Siempre esta esa sensación en el niño de sentirse seguro por hacer cosas que otros no realizan con frecuencia lo cual hace que estos se muestren seguros ante otros niños” precisó el profesor de música.
