Lifestyle

¿Qué hacer si tu hijo presenta el llamado ‘espasmo del sollozo’?

Es importante mantener la calma y dejar que el episodio termine naturalmente.

Señales de que estás sobreprotegiendo a tu hijo
¿Qué es el ‘espasmo del sollozo’? | Freepik

Una de las peores experiencias que describen muchas madres es presenciar el espasmo del sollozo en su hijo, el cual dura pocos segundos pero alerta a los padres.

PUBLICIDAD

Resulta angustiante verlo, y mucho peor, no saber que hacer. Lo fundamental es aprender a identificar los síntomas, los cuales se componen de: llanto débil y dejar de respirar, la piel se torna azul o empalidece, pierde el conocimiento o se pone rígido, se recupera en menos de 60 segundos y vuelve a llorar.

De acuerdo con el portal Medline Plus, sitio oficial del gobierno estadounidense, este es un acto involuntario que se presenta casi siempre cuando el niño repentinamente resulta enfadado o sorprendido y que por tanto, es difícil de controlar.

Sucede porque el sistema nervioso del niño disminuye la frecuencia cardíaca o la respiración por un corto período de tiempo y que, por ende, se puede presentar en una pataleta, lo que demanda que las madres estén pendientes de las reacciones de los pequeños y no los dejen enfadarse solos.

Los espasmos del sollozo afectan hasta al 5% de la población infantil entre los 6 meses y 5 años.

¿Qué hacer si tu hijo presenta el espasmo del sollozo?

Pues bien, ahora que sabes lo que es el espasmo del sollozo, si tu hijo lo presenta debes actuar de la siguiente manera:

  • Mantenga la calma.
  • No agite ni golpee al niño. El espasmo del sollozo no tiene tratamiento y se resuelve espontáneamente.
  • Verifique que su hijo esté en un lugar seguro donde no se vaya a herir o caer.
  • Coloque un paño frío sobre la frente del niño para ayudar a acortar el episodio.
  • Si el episodio dura más de 5 minutos o el niño es menor a seis meses, hay que recurrir a un centro médico. También si no hay un desencadenante típico, como un susto, golpe, frustración o regaño.

Después que transcurra esta situación, evita situaciones que provoquen rabietas, pero que sean saludables para el pequeño. Es decir, no mimarlo o consentirlo por temor de que vaya a ocurrir nuevamente. Solo se busca reducir la cantidad de crisis porque son espontáneos.

De hecho, los expertos recomiendan no mostrar especial importancia al proceso, ya que cuando el niño se va haciendo más mayor puede provocarlos para obtener nuestra atención.

PUBLICIDAD

Tags


Lo Último