Darle un respiro al organismo no es tan difícil como se cree. El aceite no es tan necesario y cambiarlo, o dejarlo de lado, es sumar salud y un empujón de beneficios para su organismo. Si ha tenido algunos problemas de sobrepeso, o su colesterol está por las nubes, pruebe cambiar la forma en la que cocina, le aseguramos un buen sabor y una mejor calidad de vida, no se arrepentirá.
Revisaremos algunas alternativas. La idea es que puedas replicar en casa y comprobar que estas preparaciones siguen siendo sabrosas, sin la cantidad de aceite que antes utilizaba. No olvides que necesitas algunos utensilios importantes para lograr este desafío: un buen sartén, un horno impecable (que logre el objetivo) , bolsas aptas para hornear, verduras y frutas que aporten jugo a tus alimentos. ¡A tomar nota y elegir una mejor vida!
Huevos
Quizá una de las formas de cocción que menos agrada a los adictos al aceite. Sepan que los huevos fritos también se pueden hacer con agua y su sabor es igual de rico y mucho más sano. Para lograrlo sólo debe cambiar el aceite por agua y sal (uno o dos dedos de agua en la sartén). Cuando el agua esté hirviendo, cascamos el huevo y lo vertemos allí. Conviene tapar la sartén para que se haga de manera uniforme. La preparación se hará en pocos minutos. Sólo hay que retirar con una espumadera, escurir el agua y servir. Disfrute de un exquisito huevito sin una gota de aceite.
Carnes
Es aquí donde entra uno de nuestros mejores aliados en la cocina: el buen horno. Las carnes rojas y blancas se pueden hacer al horno, condimentándolas y luego dejándolas en la rejilla, cuidando que debajo haya una lata de horno para recoger los jugos. Sí, como si fuera una parrilla. Según el sitio Consumer, sólo es cuestión de revisar los tiempos de cocción para que no quede seco. También puede agregar caldo cada cierto tiempo o cubrir la carne con aquellos vegetales que aportan agua, como los tomates, berenjenas, zapallitos italianos o calabacines, entre otros.
Otro buen partner en esta tarea de cocina saludable es tener una sartén de buena calidad, donde poner la carne sobre ella. Cuando es el caso de filetes fino se deben cocinar “vuelta y vuelta”; si se trata de filetes más gruesos sólo se debe sellar primero en la superficie (con el fuego fuerte) y dejar que se cocinen después con el fuego más bajo. Así quedarán jugosos en el interior y se agrega la sal al final dela cocción.
Los pollos enteros se pueden hacer dentro de bolsas especiales para el horno y añadir cebollas o frutas que aporten líquido, junto con hierba fresca.
Ensaladas
Ricas, siempre frescas y con las posibilidades infinitas que ofrecen las hierbas, condimentos y algunos alimentos que ya tienen aceite, como las benditas paltas -o aguacates-. También puedes añadir vinagretas y aderezos con yogur para darle un toque de sabor a los ingredientes de tu mezcla. ¡Prueba, te encantarán!
Fuente: Consumer