Si bien estamos lejos de poder “celebrar” el Día de la Mujer, ya que aún esta determinación biológica da vida a un rol con bastantes limitantes en la sociedad, este 8 de Marzo se conmemora a las mujeres y su trabajo con el fin de valorar las diferencias, reconociendo su gran y valiosa importancia en la sociedad.
Este año se ha querido dedicar especialmente a las mujeres del campo, que por su condición de ruralidad se encuentran aún más discriminadas y en situación de pobreza. Esta triste realidad no tiene absolutamente ni pizca de justicia con su labor en tareas productivas altamente redituables a las economías de los países en donde alcanzan 40% de la fuerza laboral rural, y en algunos lugares incluso el 70%.
La desigualdad entre los géneros y el acceso limitado al crédito, la salud y la educación son las principales dificultades que afrontan las mujeres rurales. Se calcula, por ejemplo, que el 60% de las personas con hambre crónica son mujeres y niñas. La crisis alimentaria y la económica, junto con el cambio climático, no hacen más que agravar la situación.
Es por eso que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura está preocupada de “rasar la cancha” para nivelar el acceso equitativo a los fertilizantes, las semillas y las herramientas, pues calcula que el hambre se reduciría entre 100 y 150 millones.
Fuente: HABILITAR A LA MUJER CAMPESINA –ACABAR CON EL HAMBRE Y LA POBREZA (Organización de Naciones Unidas)