La verdad es que me pone muy contento ver videos como estos, en los que grandes ciudades se disponen a hacer lo que sea necesario por tratar de ser lo más verdes posible.
Hoy en la mañana escribí una columna sobre nuestra realidad en cuanto a la cultura ciclista y, lamentablemente, al compararla con otros países, inevitablemente salimos muy mal parados. Y es que ¿por qué no habríamos de querer ser como Dinamarca o Holanda o Colombia en donde la bicicleta no se usa sólo para hacer deporte sino también como medio de transporte? Claro que tenemos que aspirar a eso. A lo mejor no de aquí a mañana, pero por qué no de aquí a 10 años. La transformación de Copenhague no fue mucho más larga que eso y con ganas, disposición e incentivos por parte del gobierno, lograron convertirse en el país más amigable con los ciclistas del mundo.
Entonces, que Vancouver quiera ser la ciudad más verde del planeta de aquí a 10 años es realmente inspirador. No hay para qué irse a los extremos, estoy de acuerdo, por eso no estoy planteando que Chile o Santiago se conviertan en el país y la ciudad más verde del mundo respectivamente, pero ¿no sería lindo respirar un mejor aire?, ¿que hubiera menos autos en las calles?, ¿más áreas verdes en las comunas de las ciudades?, ¿que no tuviéramos que depender de fuentes energéticas que contaminan el planeta para alimentar al país?
Vancouver está decidido a ser la ciudad más verde del mundo. Y todos debiéramos seguir su ejemplo.