Lily Collins no solo es la protagonista de Emily in Paris; es un ícono de estilo que ha conquistado la pantalla chica y las alfombras rojas con su elegancia. Desde su debut en Hollywood en The Blind Side hasta convertirse en el rostro de campañas de alta moda, la actriz británico-estadounidense ha construido una carrera que combina talento, sofisticación y carisma. Sin embargo, su más reciente aparición en la Semana de la Moda de Nueva York ha desatado preocupación entre sus seguidores que recuerdan sus batallas del pasado.
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La aparición que encendió las alarmas
Collins reapareció en el show de Calvin Klein luciendo un conjunto blanco con falda de plumas y top brillante que dejaba al descubierto su abdomen y brazos. Aunque el look fue celebrado por algunos como un guiño perfecto al estilo chic de Emily Cooper, otros no pudieron evitar notar lo delgada que luce la actriz. Los comentarios en redes no se hicieron esperar:
“Desafortunadamente la cultura de la delgadez ha regresado. La están orillando a ello”. “¿Acaso estamos regresando a los 90?”.“No se habla de los cuerpos ajenos, pero impresiona verla. Es muy bella, pero su delgadez toca un extremo”. “Es preocupante sabiendo que ha batallado en el pasado con su cuerpo”.
La reacción no es casual. Lily ha sido muy abierta sobre sus batallas pasadas con los trastornos alimenticios, que vivió desde la adolescencia. En su libro Unfiltered: No Shame, No Regrets, Just Me reveló que sufrió anorexia y que este episodio le dejó secuelas físicas y emocionales que le costó años superar.
Un debate necesario sobre los estándares absurdos que nos imponen
La conversación que desató su aparición va más allá de la moda. Habla del impacto que tienen los estándares de belleza sobre las mujeres, especialmente en la industria del entretenimiento, donde la presión por verse “perfecta” es constante. La cultura pop ya vivió una era de “heroin chic” en los años 90, que normalizó la delgadez extrema, y muchos temen que estas imágenes puedan reactivar esa narrativa.
Sin embargo, también es importante no reducir a Lily Collins a su físico. Ella ha sido una voz que visibiliza los trastornos alimenticios y ha compartido cómo la terapia y su entorno cercano fueron claves en su recuperación. Hoy es madre y continúa trabajando en proyectos que la apasionan, incluyendo la quinta temporada de Emily in Paris.
Empatía antes que crítica
Las redes sociales suelen convertir cada foto en un juicio público, pero es crucial recordar que los cuerpos no son tema de opinión. Si algo nos deja este momento es la necesidad de mirar con empatía: preocuparnos genuinamente por el bienestar de las personas, sin convertirlo en morbo ni en tendencia. La delgadez de Lily puede ser reflejo de muchos factores (de salud, de estilo de vida o de decisiones personales), y más que criticar, es una oportunidad para hablar sobre la importancia de la salud mental, el acompañamiento y la detección temprana de los TCA.
La moda puede inspirar, pero también debe evolucionar hacia la inclusión de todos los tipos de cuerpo. Y, sobre todo, debemos aprender que cuidar de alguien empieza con respeto, no con juicios.