La televisión mexicana no sería lo que es sin la magia de Chespirito. Durante décadas, sus historias, personajes y frases inolvidables nos hicieron reír, reflexionar y, sobre todo, sentirnos parte de algo. Roberto Gómez Bolaños no sólo fue el creador de El Chavo del 8, El Chapulín Colorado o El Doctor Chapatín; fue el arquitecto de una comedia que tocó el corazón de millones en toda Latinoamérica. Con una mezcla de inocencia, crítica social y ternura, construyó un universo que ha marcado generaciones enteras.
Ahora, a 50 años del surgimiento de ese fenómeno cultural, HBO Max ha sorprendido a todos con la serie Chespirito: Fue sin querer queriendo, una producción biográfica que rinde homenaje al hombre detrás del mito, con humor, humanidad y una pizca de picardía.
Pero más allá de Roberto, la serie ha traído al centro de la conversación a una figura que hasta ahora había permanecido en las sombras: Graciela Fernández, ‘Chela’, su primera esposa, madre de sus seis hijos y pieza fundamental tanto en su vida personal como en su legado profesional. Fue ella quien, con creatividad y dedicación, dio forma a detalles tan icónicos como el traje del Chapulín Colorado.
Darle voz a esta figura histórica ha sido un reto profundo para la actriz Paulina Dávila, quien interpreta a Chela en la serie. En entrevista, la actriz nos habló sobre el impacto que tuvo este personaje en ella, el proceso de construcción emocional que implicó, y cómo la serie ha abierto nuevas conversaciones sobre las mujeres que han sostenido la historia desde el silencio.
Chela llevó a Paulina Dávila a un viaje emocional inesperado
Para Paulina, interpretar a Graciela no fue solo una oportunidad actoral: fue un desafío emocional, histórico y personal. “Estoy muy contenta y muy emocionada por todo el recibimiento que ha tenido la serie y como los halagos. Y bueno, ha sido muy lindo en muchos sentidos”, nos compartió con emoción.
Al recibir el guión, supo que estaba ante un reto mayor: “Cuando me llegó, sinceramente sentí muchas cosas. Dije, ¿cómo voy a abordar este personaje con una vida tan diferente a la mía? ¿Cómo me voy a acercar?”. Graciela no solo fue un personaje real, sino la madre de dos de los guionistas de la serie, lo cual añadió un peso emocional a la interpretación:
Según relató Paulina, uno de los elementos más complejos fue representar la evolución de Chela a lo largo de varias décadas. “Me tocó enfrentarme a distintos momentos de la vida de una misma persona y cómo esa vida va transformando a esa persona”, explicó. “Ese arco era, por un lado, lo más interesante, pero también el reto más grande”.
Un viaje íntimo al corazón de una mujer que sufrió en silencio
Chela no fue solo la esposa de Roberto Gómez Bolaños; fue una mujer que creyó profundamente en su talento, que crió a sus seis hijos con entrega y que, en el camino, dejó en pausa muchos de sus propios sueños. Esa dimensión íntima y poderosa fue algo que Paulina Dávila fue descubriendo a medida que construía el personaje:
El proceso actoral también la confrontó con una introspección profunda, llevándola a reflexionar sobre lo que significa ser mujer a lo largo del tiempo, en diferentes etapas de la vida y en distintas épocas. Interpretar a Chela se convirtió en un ejercicio de observación y conexión con su propia historia, y con la de las mujeres que la rodean
Contar con la guía de los hijos de Graciela fue esencial para Paulina. “Me compartieron mucho de su mamá y fueron muy abiertos y generosos siempre. Siempre que yo tenía preguntas, eran como un libro abierto”, contó. “Me dieron mucha libertad. Eran mi termómetro a la hora de interpretarla. Para mí era importante que la gente empatizara con ella y honrarla con mucho respeto y amor”.
Al preguntarle qué le diría a Graciela si pudiera hablar con ella, la respuesta fue clara y conmovedora: