El mandato de la reina Isabel en el trono del Reino Unido está plagado de curiosas anécdotas y también de algunas coincidencias que han dado paso a los rumores de que hay algunas ‘maldiciones’ que la persiguen.
PUBLICIDAD
En realidad, la vida de la monarca no ha sido nada fácil, pese a tener una posición privilegiada, gozar de dinero y poder. Sin embargo, ha tenido que ver partir a seres queridos, vivir bajo demandantes obligaciones y restricciones. además de tomar decisiones difíciles.
No obstante, estos particulares sucesos no tienen que ver directamente con las cosas que le han sucedido a ella a lo largo de sus 96 años de vida, sino con los objetos que la rodean.
Y es que dicen que si la reina Isabel se viste de azul u otro tono que derive de él durante una boda, estos matrimonios están condenados al fracaso.
De hecho, hay suficientes evidencias que respaldan esto para los creyentes: en los casamiento del príncipe Carlos y Diana, su hermana Margarita y Anthony Armstrong-Jones, la princesa Ana y Mark Phillips y el príncipe Andrés y Sarah de York vistió este tono.
Actualmente todas esas parejas están separadas, algunos de ellos también ya han fallecido, pero experimentaron unas polémicas separaciones que sacudieron la estabilidad de la realeza británica.
Por otra parte, también se dice que su corona está maldita. De acuerdo con la leyenda, citada por ABC, esta lleva incrustado el Koh-I-Noor, diamante de 108 quilates considerado entre los mayores del mundo y cuyo valor es incalculable.
Pero este ha originado mucho sufrimiento, conflictos y tragedias a lo largo de su historia, por lo que se dice que quien lo porte debe conocer una aterradora advertencia: “Quien posea este diamante dominará el mundo, pero también conocerá todas sus desgracias. Solo Dios, o una mujer, pueden llevarlo con impunidad”.
