Aunque ya muchos esperaban que la herencia del príncipe Felipe quedaría en gran parte en manos de su esposa la reina Isabel II, nadie se esperaba que incluiría a tres personas más en la lista.
El príncipe de Edimburgo decidió reconocer el trabajo y la lealtad de tres de sus hombres más allegados con una cuantiosa suma de dinero, de su herencia valorada en 30 millones de euros (USD 42 millones).
El esposo de la reina condecoró a su secretario privado, el brigadier Archie Miller-Bakewell y a los pajes William Henderson y Stephen Niedojadlo.
Estos lo habrían acompañado en sus últimos años incluso, durante su muerte.
Los tres empleados formaron parte de los ayudantes que caminaron en su procesión fúnebre detrás de la familia real en el castillo de Windsor.
La herencia que le dejó el príncipe Felipe a su familia
El Duque no era rico cuando se unió con la reina Isabel luego de su familia quedara destronada en Grecia y tuvieran que exiliarse.
Las pocas joyas que conservaron se las regalaron a la reina para su compromiso.
Felipe no tenía negocios propios, percibía un sueldo público, fijado por la Ley de Subvenciones Soberanas de 2011, que introdujo el pago anual que el gobierno le otorga a un monarca para financiar sus deberes oficiales.
La cifra que recibía era de 359.000 libras esterlinas al año.
Si bien la mayor cantidad de dinero la destinó a su viuda, sus nietos, incluido el príncipe Harry no quedaron por fuera de su modesta fortuna. A pesar de las declaraciones ofrecidas durante su entrevista con Oprah Winfrey.
Dentro de la familia real el príncipe Felipe no era el de mayor fortuna. En sus activos se encuentran más de 2.000 obras de arte que coleccionó en toda su vida.
Además, tenía una valiosa colección de 13.000 libros, de su biblioteca en el Palacio de Buckingham, de la que quedan a disposición de sus hijos Carlos, Ana, Andrés y Eduardo.