El anuncio del divorcio de Aislinn Derbez y Mauricio Ochmann a principio de 2020 tomó a todos por sorpresa. La pareja se había convertido en una de las favoritas del espectáculo por su gran carisma. A través de sus redes sociales mostraban una gran complicidad como pareja y padres de la pequeña Kailanni.
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Sin embargo, la vida da muchas vueltas y ambos decidieron que lo mejor era tomar caminos separados por el bienestar su hija y de ambos.
“Gracias por dar ese ejemplo tan lindo de que por más que amas al otro a veces los caminos se separan para poder seguir creciendo cuando hay necesidades distintas. y por mostrar que una separación se puede hacer sin drama, con amor, respeto y en equipo por más que duela”, se leía en el comunicado que emitieron en aquel entonces.
Para la actriz, el divorcio ha sido todo un proceso en el que ha aprendido a sanar poco a poco. En una charla con Alessandra Rosaldo, Aislinn confesó que jamás se había imaginado que estaría divorciada y que había sido una de las experiencias más dolorosas.
Ahora, con el estreno de la segunda temporada de «De Viaje con los Derbez», la mexicana también reveló que se sintió presionada por retomar su vida sentimental y que su primera salida tras lo sucedido fue con un instructor de rafting llamado Jeb.

“Ahí está la verdadera prueba de amor porque si yo digo que lo amo y si es amor de verdad, entonces voy a tener la capacidad de amarlo en donde esté, con quien esté, en donde quiera estar y poder seguir teniendo la relación diferente”, dijo durante su podcast La Magia del Caos.
Es mejor un divorcio que un matrimonio infeliz.
Cuando Aislinn Derbez y Mauricio Ochmann se separaron, compartieron un mensajeen el que señalaron que habían tomado la decisión de “modificar dinámicas” para “retomar la individualidad” para sanar, reconstruirse y transformarse.
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Cuando te casas, estás absolutamente segura de que has encontrado a la persona con la que compartirás el resto de tu vida y cuando te das cuenta de que no es así, tu mundo se derrumba.

Sin embargo, si algo nos enseña Aislinn es que terminar una relación en la que ya no estás bien, es el acto de amor propio más puro y que siempre puedes volver a empezar.
La sociedad se ha encargado de hacernos creer que un divorcio es “lo peor que te puede pasar”. Por alguna razón asume que una mujer que se divorcia, está condenada a quedarse sola por el resto de su vida. La realidad está muy lejos de eso.
Una ruptura amorosa siempre es difícil. Estás confundida, dolida y con miedo; te cuestionas si has tomado la decisión correcta, si no fuiste lo suficientemente fuerte o si alguna vez podrás volver a ser feliz. La respuesta es sí.

Si no te sientes plena, te sientes vacía o que no están creciendo juntos, entonces sí tomaste la decisión correcta. Si llegaste hasta el punto de dar ese paso y aceptar que las cosas no están bien, entonces eres lo suficientemente fuerte como para superar lo que sigue.
El miedo a la soledad a veces nos ciega y no nos permite salir de una relación que no nos conviene.
El amor no se persigue ni se ruega. No puedes obligar a nadie a quererte ni tampoco a quedarse a tu lado. No te aferres a un amor que duele más de lo que construye y no te quedes sólo para satisfacer las expectativas de terceros.
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