En cuestión de unos años, Adam Driver se ha convertido en uno de los actores favoritos de Hollywood . Sí, Adam no es un Brad Pitt o un Chris Hemsworth pero hay algo en él que lo hace especialmente atractivo y uno de los hombres del momento del que todos quieren saber.
El estrellato de Driver comenzó con su papel en Girls, lo que despertó algo sobre su exótica imagen. El público y los medios trataron de describir lo que hizo a Driver tan convincente en la pantalla. Los titulares hablaban de «una cara poco vista en la televisión o en la moda», «un actor feo pero con sexy-ttude (actitud sexy)» y un «símbolo sexual con facciones únicas».La nueva saga de Star Wars, donde interpretó a Kylo Ren, un villano que dividió opiniones por su falta de malicia, hizo que la industria se interesara en explotar el talento de Driver (sin mencionar que esa escena donde aparece sin camisa generó cierta tensión sexual con la audiencia, ¿o no?)
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A finales de 2018, Driver protagonizó el Blackkklansman de Spike Lee, donde se abrió paso a un público más amplio. En esa película, el aspecto que le dieron al actor hizo que se volviera aún más interesante y algo que Hollywood no había tenido en mucho tiempo. Es decir, es alto, delgado pero con inmensos pectorales, con una nariz prominente, labios carnosos y una melena que se convirtió en su sello personal.
Su físico, su capacidad de emocionar y su autenticidad son el combo perfecto.
Ahora, el drama de Noah Baumbach, Marriage Story y su nominación al Oscar 2020 como Mejor Actor, reafirmó que la industria necesita más de él.
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