El pasado viernes, se transmitió un nuevo capítulo de Podemos Hablar, el que estuvo marcado por las declaraciones de Daniel Valenzuela en torno su expareja Paloma Aliaga. El locutor radial partió señalando que tuvo un matrimonio muy feliz durante mucho tiempo y que dentro de ese periodo también tuvieron a sus dos hijas.
«Me importa una raj… lo que digan, pero es una de las mujeres que más quiero en mi vida, y que voy a querer siempre», dijo, siendo interrumpido por el animador Julián Elfenbein, quien comentó que era un comentario muy admirable. En ese momento, Daniel Valenzuela realizó un mea culpa sobre su relación y comentó que estaba aflojada.
«Uno tiene que crecer desde sus ripios, desde sus fallas. No haciéndome cargo de las responsabilidades del otro, pero sí de las mías. En algún minuto aflojé. Se me pedían las instancias para recuperar (la relación) y yo no las veía porque estaba en otra. No tuve los pantalones para decir ‘lleguemos hasta acá. Yo te quiero entrañablemente, te admito, pero no me pasan cosas de pareja’. Yo dejé que eso se fuera diluyendo y reventó como reventó», agregó.
Consultado por su siente que dilató mucho las cosas antes de terminar, Daniel Valenzuela reconoció que sí. «Por mi parte sí. Cuando tenía claridad debí haberme puesto los pantalones, haber sido más hombre, más valiente (…) Hoy día es una mujer que, independientemente de que me hubiera gustado que la situación fuese otra, es una mujer que admiro, que quiero muchísimo. Le agradezco eternamente los años que tuvimos juntos y las hijas que son una bendición y un regalo. Hasta el día de hoy son lo más importante que tengo», señaló.
También se refirió al contexto en que ocurrió su quiebre. «Si me hubiese pillado enamoradísimo, sintiendo que estamos en un cuento de fantasía, me voy a la cresta y quizás otra sería mi situación. Pero sabía que había un matrimonio y una relación de pareja desgastadísma. Eso hizo que fuese mucho más fácil abordar lo que vino», aseguró.
Sobre la relación de su expareja con su hermano, en tanto, reconoció que fue un poco más difícil de sanar. «El dolor es más grande, es más decepcionante y cuesta mucho repararlo (…) Hoy hay una buena relación», sostuvo.