La princesa Diana atravesó momentos muy difíciles en su vida debido a la terrible depresión que sufría. Su matrimonio con Carlos de Inglaterra estuvo marcado por episodios oscuros y sus embarazos, lejos de hacerla plenamente feliz, incrementaron sus inseguridades.
Aunque Lady Di amó a sus hijos desde que se encontraban en su vientre, la princesa tuvo momentos en los que perdió la perspectiva y su tristeza superó cualquier emoción que le producían sus hijos. Esto la llevó a cometer la locura de lanzarse de unas escaleras estando embarazada de su primer hijo, William.
El periodista Andrew Morton reveló que la princesa Diana lo contactó para construir su biografía y fue entonces cuando confesó que su depresión la llevó a extremos que pusieron en riesgo la vida de William.
La princesa Diana estaba dispuesta a todo por llamar la atención de Carlos
“Diana decidió colaborar con el libro porque era su manera de poder contar su verdad, sin quedar expuesta. Su miedo era que, una vez que La Corona anunciara su separación, el equipo de prensa del Palacio comenzara a filtrar versiones que dejaran mejor parado a su marido. Era la mujer más fotografiada del mundo, pero nadie imaginaba lo infeliz que era. Las grabaciones secretas (con las que colaboró con Morton) fueron su manera de contar primero su calvario y ganarle de mano al equipo de Carlos”, dijo uno de los mejores amigos de Diana.
En 1982, apenas cinco meses después de casarse con Carlos, Diana cometió una locura estando embarazada.
“Carlos me dijo que estaba llorando de modo exagerado, sin sustento. Me acuerdo que le dije que me sentía desesperada. No podía parar de llorar. Su respuesta fue: ’No te voy a escuchar, siempre haces lo mismo. Me voy a ir a cabalgar”, reveló la princesa al biógrafo.
“Me tiré de las escaleras, pese a que sabía estaba embarazada. En ese momento apareció la reina, estaba horrorizada. Temblaba. En el fondo, yo sabía que no iba a perder al bebé, porque cuando me tiré, cuidé mi vientre con las manos. Pero a Carlos no le importó nada y se fue a cabalgar. Volvió horas más tarde y estuvo indiferente, absolutamente indiferente”, confesó.