Por Claudia Tapia
Recuerdo de nuestra historia. Si no lo sabías, la Isla de Robinson Crusoe sirvió de presidio en varias ocasiones. Una de las más importantes –y que dejó un vestigio hasta hoy– son las decenas de patriotas que estuvieron recluidos en ella entre 1814 y 1817 por orden de la corona española. En las denominadas Cuevas de los Patriotas (cuevas en las rocas que rodean la Bahía de Cumberland) estuvieron confinadas ilustres figuras como Juan Egaña, Mariano Egaña, Manuel de Salas, Francisco de la Lastra y José Portales.
– Parajes submarinos. Aquí, sí o sí debes bucear. Es uno de los pocos lugares de Chile donde puedes maravillarte con hermosos arrecifes de corales. También te encontrarás con corales negros, aún más complicados de hallar. Los coloridos peces y moluscos sellan la postal bajo el mar.
– Hasta la cazuela es de langostas. Endémica es la langosta que abunda en la isla. Se trata del mejor manjar que puedes degustar a todas horas en esta localidad. Empanadas, cazuelas, fricasé, rellenas, de todas las formas la vas encontrar en los diferentes restaurantes y casas de la bahía.
– Belleza voladora. Si ya nos hemos acostumbrado a las palomas citadinas, la belleza y abundancia del picaflor de Juan Fernández te sobrecogerá. Pese a que se encuentra en peligro de extinción, a esta pequeña ave le gusta pasearse por el poblado y mostrar su belleza mientras poliniza las flores. El macho es de color rojo oscuro y la hembra de un verde brillante.
– A caminar. Esta isla es Parque Nacional, declarada Reserva de la Biósfera por la Unesco. Su flora destaca por poseer 137 especies endémicas y 213 especies nativas, lo que significa que posee uno de los endemismos más elevados del planeta. Subir a sus cerros y miradores es evidenciar en el instante su tupida y singular vegetación. Cerro el Yunque es la mejor muestra de su flora, cambiando a medida que se llega hacia el otro extremo de la isla.
– Simpáticos lobos. También endémico es el lobo de mar de Juan Fernández, y tan parte de la isla es que no tiene problemas en seguirte nadando cuando te metes en el mar. Siempre están cerca de los bañistas de la bahía. No obstante, no te aconsejamos que los toques, ya que siguen siendo animales salvajes.
– Estadía de lujo. Para disfrutar aún mejor de estos exóticos parajes, Crusoe Island Lodge (www.crusoeislandlodge.com) se alza como la alternativa de lujo para hospedarse en Bahía Cumberland. Habitaciones con terraza frente al mar, spa, piscinas de madera al aire libre y una fina gastronomía que une los sabores locales con la cocina internacional.