El senador Miguel Uribe comparte destino con su madre, la afamada periodista Diana Turbay Quintero: ambos fueron víctimas de la violencia armada en el país. En el caso de Diana, su secuestro y su muerte en pleno tiroteo dado en su rescate en 1991.
El político perdió a su madre a sus cinco años: fue una de las grandes tragedias que asoló al país en los tiempos de Pablo Escobar, quien cercado, comenzó a secuestrar y a matar miembros de la élite del país.
Por supuesto, fue el peor momento de la vida del expresidente y de la madre de Diana, Doña Nydia Quintero de Turbay, quien luego de su muerte volcó su labor por los más necesitados en su iniciativa, las Caminatas de Solidaridad por Colombia.
Ella fue la que se ocupó de Miguel, quien quedó huérfano de madre a muy temprana edad.
Así gestionó Miguel Uribe el duelo por su madre Diana Turbay
Él dijo en una entrevista que tuvo mucha rabia con ella por haberle dejado, pero que tuvo que perdonarla por haberse ido.
Sin embargo, en una entrevista hecha al Magazín Cultural del Espectador, mostraba cómo la música lo hacía desarrollar la resiliencia ante la muerte de su madre.
“La música, a veces, termina siendo una válvula de escape, genera fortaleza. Particularmente, con la muerte de mi mamá, yo tuve que desarrollar resiliencia y la música es mi instrumento para ser resiliente. La música termina siendo, muchas veces, un lugar donde llegar para salir adelante. Hay canciones o melodías que me dan fuerza, ánimo, que me emocionan. Otras que me hacen sentir nostalgia, las que, por ejemplo, me hacen pensar en mi mamá”, le contaba a la periodista Laura Arévalo.
Migue
“Hay una que se llama “El caballero de fina estampa” (Fina estampa). Es una canción que, me cuentan, mi mamá cantaba cuando yo era un bebé. También me cuentan que decía que yo era el caballero de fina estampa. Es una canción que no oigo mucho, pero que de vez en cuando se cruza y me genera mucha nostalgia. Es el encuentro con mi mamá. Ella siempre le decía a mi tía que soñaba con que yo creciera y le pudiera decir que la amaba. Seguramente a los cuatro años se lo dije un par de veces, pero para mí es muy triste pensar que ni ella lo oyó como quería, ni yo se lo dije como me hubiera gustado”, comentó.
También escogió un libro llamado Desde el fondo del mar, de su hermana María Carolina Hoyos, en el que contó que no reiría luego de la muerte de su madre. Eso no se cumplió.
Sin embargo, Uribe lo escogió porque quería conocer a su mamá como madre.
“Lo que tengo de mi mamá en la cabeza son recuerdos construidos a través de terceros, fotos, vídeos, audios, artículos de prensa, pero no terminan siendo lo que yo recuerdo de ella como mamá. Esos recuerdos son de la periodista, la mujer, la esposa. Aquí, por ejemplo, hay una parte donde mi hermana me causa mucha ternura porque cuenta que justo antes de que mi mamá se fuera al secuestro, o a la supuesta entrevista con el cura Pérez, tenían que ir al odontólogo por una cordal. Mi hermana le dijo a mi mamá que fueran el jueves, pero ella le respondió que no podía, que no alcanzaba porque estaba haciendo los últimos arreglos de ese viaje del que jamás regresó”, narró.
" Mi mamá terminó prometiéndole que cuando regresara la acompañaría al odontólogo para que le sacaran las cordales, y claro, ese se convirtió en el amuleto de mi hermana. La cita al odontólogo se demoró seis meses, que fue lo que duró el secuestro de mi mamá“, continuó.
“Me acuerdo del día en el que se fue, del último abrazo y del día en que mi papá me dijo que estaba muerta. Me acuerdo dándole un beso en el ataúd. De nada más” , expresó en aquella ocasión.