Encubrir acosos sexuales: las canalladas que han hecho la Federación y Dimayor contra las Sub-17

Es la primera vez en toda nuestra historia que una Selección Colombia llega a una instancia final en un mundial. Y para más Inri de los machistas y Ramón Jesurún, la consiguió la Selección Colombia Femenina en el Mundial Sub- 17. Un gran logro a pesar de la Dimayor y la propia Federación Colombiana de Fútbol, quienes más han atentado contra las mujeres futbolistas en Colombia.

Encubrir, ignorar denuncias de acoso sexual. Dejarlas sin liga. Vetar a jugadoras que han alzado su voz. A pesar de estos hombres, las mujeres han triunfado. Y vale la pena recordarles todas sus faltas, ofensas y abusos a las mujeres que en este país han querido jugar este deporte a nivel profesional.

Porque es hora de que merezcan más.

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Ignorar/ encubrir denuncias de acoso sexual

De hecho, fue a la misma Selección Sub-17, hace tres años, que surgieron las denuncias de acoso sexual y hasta hubo una reunión, comandada entonces, por Martha Lucía Ramírez con los dirigentes de la Federación Colombiana de Fútbol.

Todo surgió cuando las jugadoras denunciaron a Didier Luna y al preparador físico, Sigifredo Alonso, por acoso y al no ceder, las sobrecargaron de trabajo y las maltrataron.

Las futbolistas Isabella Echeverri y Melissa Ortiz también denunciaron varios abusos como pertenecientes a la Selección. A ellas se unió Carolina Rozo, la única que ha llevado todo a instancias legales. Y que ganó.

¿Y qué pasó?

Nada. Absolutamente nada. De hecho, la reunión que anunció la vicepresidenta de entonces fue un fracaso (esto, junto con la Defensoría del Pueblo). Esto, porque los directivos de la Federación nunca fueron.

Contó con Vanessa Córdoba, hija de Óscar Córdoba y quien alzó la voz. También estuvo Carlos Baena y Carolina Rozo. Pero nunca esutvieron ni Jesurún ni Jorge Enrique Vélez. El gesto lo dijo todo.

Eso sí, Luna fue condenado a pesar de ellos, que quisieron acabar con la Selección por las denuncias. “Lo del camerino se queda en el camerino”, dijeron.

Ser nada contundentes ante denuncias de abuso sexual

El colmo del cinismo también se vio en 2019. La Federación deseó en redes a las mujeres un Feliz Día, mientras se hacían los locos con los casos de abusos sexuales. Pero su laxitud se volvió a ver tres años después.

En Caracol Radio se denunciaron casos también de denuncias justo en la misma categoría y en la Liga Femenina de Bogotá.

La Federación Colombiana de Fútbol aseguró que no recibió ninguna denuncia y que rechazaba cualquier tipo de abuso. Y que además trabajaban en las investigaciones pertinentes. ¿Por qué no fueron contundentes ante esto y dieron desde el comienzo su protección a las implicadas?

Un derecho de petición llegó a la ministra del Deporte, María Isabel Urrutia, donde cuatro familias de las jugadoras del Club Deportivo Besser fueron presuntamente acosadas e intimidadas sexualmente por sus entrenadores.

La Defensoría se pronunció, hizo una declaración y todo ha quedado ahí.

Pagarles menos a las jugadoras

Si ni James, ni Cuadrado ni Falcao valieron mucho la pena como jugadores en la eliminatoria de este año, no se entiende por qué no hay ni patrocinadores, ni un pago justo a las jugadoras profesionales en este país.

De paso, hay que comparar cuánto les pagan a los jugadores hombres por ponerse la Tricolor: estos reciben hasta dos millones de pesos en viáticos.

Las jugadoras reciben lo de las limonadas: unos cien mil pesos, en comparación. Ni hablar de lo que ganan cuando no están con un conjunto nacional.

Porque , según Carlos Antonio Vélez, de ganar partidos, a los hombres les dan hasta 28 millones de pesos. Empate, 16 millones. Es por eso que las jugadoras protestaron al no tener garantías, ni una Liga.

Y porque protestaron, fue que se acordó que ganaran 10 millones de pesos en cada victoria, y por clasificación a semifinales, 20 millones.

Igual, flash news: sigue siendo menos.

Dejarlas sin liga

Y por supuesto, el colmo de los colmos: dejarlas sin espacios dónde jugar y desarrollar un deporte en el que somos potencia a nivel femenino.

Así, las dejaron sin Liga para este semestre (gracias, Dimayor). Pero, ahora que ya estaban las mujeres Sub- 17 clasificadas, ahí Jesurún sí salió a dar su admiración.

“Hemos hablado que el fútbol femenino ha sido un esfuerzo de la Federación Colombiana de Fútbol, de la Difutbol, la Dimayor y el Ministerio del Deporte, que nos ha apoyado con unos dineros para poder hacer la liga femenina” señaló.

Es decir, Jesurún: dejaste a estas jugadoras sin liga, encubres a sus agresores, pero ahora que comenzaron a triunfar a pesar de ti y todos los que han querido aplastar su camino, las apoyas.

Esto, claro, ahora sí con una Liga 2023 que anunció con bombos y platillos:

“Hay que anunciarle al país que vamos a tener una liga femenina permanente desde el otro año. Esto es una gran noticia que se ha conseguido gracias al apoyo de la empresa privada. Esto nos permitirá seguir potenciando a estas jugadoras que tienen un futuro inmenso y serán líderes del fútbol femenino a futuro”.

Gracias por nada, Jesurún. Por tu caridad. Por ver que las mujeres no sólo vamos a la cocina. Te adoramos.

Las vetadas por la Federación por alzar la voz

Siendo aún peor su laxitud y su encubrimiento a las denuncias, sus gestos claros, la Federación Colombiana de fútbol ha vetado a jugadoras que sí han protestado, que han alzado la voz contra todas estas injusticias.

Entre ellas están las jugadoras: Vanessa Cordoba, Yorely Rincón, Isabella Echeverri y Natalia Gaitán. Todas, por hablar, no han sido convocadas en los juegos de la categoría de mayores.

Con todo esto, la Federación Colombiana de Fútbol debería dejar de arrogarse una victoria que no ha sido de esta, sino a pesar de esta. Y de paso, debería comenzar a reparar todo el daño que ha hecho a las futbolistas en Colombia (junto con la Dimayor).

Nota al pie: Jesurún acaba de llamar a la mejor Selección Colombia de Fútbol de todas sus categorías una de “amateurs”. Quizás el único dirigente que cumple con esa característica es él, ya que hoy muchos le quieren hacer tragar sus palabras.