El 10 de febrero del 2018 es un día que la familia de Fernanda Maciel nunca podrá olvidar. A tres años del asesinato de la joven de 21 años embarazada de siete meses, Felipe Rojas, único imputado por el crimen, confesó haberla matado en su vivienda en Conchalí, al lado de donde vivía la víctima junto a su familia.
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El abogado de la familia de Fernanda, Pedro Díaz contó a La Cuarta, detalles del testimonio de Rojas. «Él dice que le da como un llamado del demonio, que no sabe explicar, que la toma del cuello y la ingresa de nuevo a la bodega, y ahí el tipo la deja inconsciente y en ese estado comete el ilícito detallado que ustedes saben», explicó.
Además aclaró que «no es que se haya declarado culpable, sino que hizo un relato de los hechos, por lo tanto hizo una confesión».
El desgarrador relato de su madre
Tras la confesión de Rojas, Paola Correa, madre de la víctima contó cómo fue para ella enterarse de los nuevos antecedentes del cas;, cómo una posible violación y que incluso, el cuerpo de la joven haya sido enterrado aún con vida.
«No puedo entender por qué hizo esto, si Fernanda era su amiga. No tengo palabras para explicar lo que siento», comenzó relatando Correa al matinal Contigo en la Mañana de Chilevisión, según consignó el mismo medio.
«Es muy complicado entender que tu amigo de 15 años, que compartía aquí en la casa. A mí me dolió mucho cuando don Pedro (abogado) nos contó, porque a medida que te lo van diciendo, te lo vas imaginando. Es difícil», agregó la madre.
Paola explicó que para, Pedro Díaz, abogado de la familia, fue muy complejo contarles a toda la familia la noticia y los detalles entregados por Rojas. «No se atrevía a decirnos, por lo crudo. Cuando nos contó, se nos volvió a caer el mundo encima. Toda esa rabia volvió a salir. Yo dije en un momento que había perdonado, porque no quería llevar esa carga, pero ahora no puedo. Cuando don Pedro nos cuenta, yo es primera vez que lo veo llorar. Él siempre nos había contenido».
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La frialdad de Rojas
Uno de los hechos más impactantes entregados por la madre de Fernanda, fue la naturalidad con la que Felipe Rojas se relacionó con la familia luego de haber cometido el crimen. «Después que hizo todo lo que hizo, se subió a la pandereta y me preguntó por la Fer. Yo le dije que había salido a comprar», detalló Paola.
Además, la madre debió mantener una relación cotidiana con la familia de Rojas, ya que son vecinos y no podía entregar pistas de una eventual sospecha para no entorpecer la investigación. «Tuve que seguir mi relación normal con ellos, tallas entre la mamá de Felipe y yo, aunque tenía muchas ganas de preguntar. Ella veía lo que yo sufría», agregó.
Para Paola, la familia del imputado siempre supo lo que había hecho. «Yo creo que sí sabían. Uno conoce a sus hijos, sabe cuando están bien o están mal», aseguró y agregó, «espero que no salga nunca más a la calle. Estoy convencida que él es un Hugo Bustamante más, que si vuelve a salir a la calle podría volver hacer lo mismo. No tiene un mínimo de arrepentimiento», aseguró.