No describiremos una vez más el violento asesinato de Ingrid Escamilla. Los medios hicieron –una vez más– un espectáculo del feminicidio de la joven. Se filtraron las imágenes y los videos con el fin de tener una mayor audiencia.
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Asimismo, se dio un seguimiento a detalles irrelevantes como la diferencia de edad entre Ingrid y su pareja, la violencia en la que vivía la pareja, u otros detalles que parecía querían culparla indirectamente.
Esta exposición indignante que se dio puso en movimiento a muchos usuarios de redes sociales. No solamente para reclamar la seguridad de las mujeres mexicanas (10 feminicidios por día), también para dignificar el trato que se le dio a la muerte de Ingrid.
Por ello, se formó un movimiento para que al buscar su nombre solo aparezcan imágenes bellas, y que no causen morbo. Ilustradoras, usuarios de redes sociales, mujeres y hombres se organizaron para este gesto.
Ahora podemos ver que su nombre se relaciona con los más hermosos paisajes, con arreglos de flores, con detalles de su personalidad, y otros aspectos que recuerdan la gran mujer que fue.
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Ella no solo es una estadística que asusta demasiado, ni tampoco un caso que se pueda juzgar a través de redes sociales. Ingrid Escamilla fue una mujer que antes de ser víctima del machismo, intentó vivir su vida como todos, con errores y aciertos.
Ese es el lado humano que este movimiento está buscando, y creo que a todos nos regresó un poco la fe en la humanidad.
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