Una infidelidad siempre es difícil de superar, especialmente cuando esta es la causa del rompimiento de una relación que hasta ese momento era considerada feliz y aunque en varias ocasiones la manera de procesarlo lleva a la persona traicionada a tomar acciones contra su ex, algunas han encontrado la manera de ser remuneradas por la persona con quien su pareja fue infiel.
Este fue el caso de Carol Puryear, quien durante su divorcio en 2009 demandó a la amante de su esposo por «enajenación del afecto civil» (alienation of affection civil lawsuit) ante la corte de Carolina del Norte y ganó.
Esencialmente era una demanda por haber terminado con su matrimonio y para la que solo tuvo que probar que estuvo casada con su esposo y que ambos mantenían un matrimonio feliz y que la acusada había provocado la separación con su pareja. Lo más sorprendente no es que haya procedido sino que le hayan otorgado una recompensa de 30 millones de dólares por los daños.
Este término es reconocido a lo largo de Estados Unidos en estados como Hawaii, Mississippi, Nuevo México, Dakota del Sur y Utah y fue pensada para proteger la institución del matrimonio, sin embargo muchos estados han abolido esta ley por considerarla retrógrada.
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