Para nadie es un secreto que el matrimonio no siempre es miel, y de esto puede dar fe la reina de España, Letizia, que parece estar pasando de sus peores momentos en su matrimonio luego de la escena protagonizada con su suegra la reina emérita Sofía a quien le impidió fotografiarse con sus nietas.
El comportamiento de la esposa de Felipe, Rey de España, ha sido sometido a tela de juicio desde el Domingo de Resurrección. Aún cuando se dio una «teatral» reconciliación el fin de semana para acallar los rumores. Una de las preguntas que ha surgido es que si el matrimonio de los reyes españoles sobrevivirá a esta hecatombe de críticas.
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En cambio Isabel ha contado a su lado con su esposo y fiel compañero, Philip, el Duque de Edimburgo. Son 70 años de matrimonio, donde han compartido momentos históricos que ha compartido con la monarca más longeva del planeta.
Siempre perfectamente consciente de su rol, la vida del duque no ha tenido tanta cobertura mediática como la de sus hijos, nueras y nietos. Aquí te contamos cinco aspectos poco conocidos del abuelo de la familia real más famosa.
No nació en Inglaterra
Nació príncipe de Grecia y Dinamarca al ser hijo de Andrés de Grecia y Dinamarca, aunque cuando era un niño fue exiliado de Grecia junto a su familia. Tras contraer nupcias con la reina Isabel, el duque abrió sus títulos y adoptó el nombre del medio de su madre: Mountbatten.
La reina Isabel es su prima
Ambos son descendientes de la reina Victoria, siendo la bisnieta Isabel por el padre Felipe y el bisnieto de su madre. Siguiendo el árbol genealógico, los dos son primos de tercer grado.
No invitó a tres hermanas a su boda
Margarita, Theodora y Sophie no acudieron al matrimonio, pues sus esposos eran simpatizantes de la ideología nazi. El enlace real se celebró el 20 de noviembre de 1947, apenas dos años después de terminar la Segunda Guerra Mundial donde Inglaterra fue atacada por Alemania.
Cambió el apellido real
El protocolo real establecía que, para quienes no poseían un título real, el nombre de la Casa de Windsor debería convertirse en su apellido. Sin embargo, Philip se negó a aceptar que sus descendientes no llevarán el nombre de su familia; de allí que en 1960 acordaron que todos los descendientes del linaje que fueran hombres, sin títulos reales, tendrían Mountbatten-Windsor como apellido.
Tiene un sentido del humor particular
El príncipe Philip es conocido por decir todo lo que piensa, a menudo haciendo bromas arriesgadas y políticamente incorrectas, incluso durante compromisos reales. Cuando se encontró con Malala Yousafzai, premio Nobel de la Paz paquistaní que aboga por el derecho a la educación para las niñas de su país, el Duque le dijo: “(Los niños) van a la escuela porque sus padres no los quieren en casa”. A lo que la activista respondió con una sonrisa.