Actualidad

La satisfacción llega desde la pasión

Qué aburrida se torna la vida cuando le pierdes el gusto.

Todo, absolutamente todo pierde sentido desde el momento que dejas de disfrutarlo. Te has preguntado si el lugar en el que estás, realmente te hace una persona más feliz. Y por lugar me refiero desde la casa en la que rentas o la de tus padres, tu relación sentimental, tu trabajo, o simplemente en donde estás ahora mientras lees esto.

La verdad, pocas veces me pongo a pensar cómo me siento. No sé, es como si todo se diera por inercia: solo me acuerdo de lo que siento, cuando lo siento. Me explico…

Estoy en la oficina, ya pasaron más de 8 horas y ni cuenta me di de lo rápido que pasó el tiempo. Normalmente cualquiera pensaría que si el tiempo pasa rápido es porque estás disfrutando lo que haces, pero en este caso sucede algo extraño.

Apago mi computadora, me subo al auto y voy camino a casa con la mente abrumada. La luz de las calles me molesta y de repente pienso en algo como “ya quiero llegar, ya quiero llegar” un poco desesperada.

¿Qué sucede? Bueno, llegando a mi casa me doy cuenta de lo enfadada que me siento, no por haber salido tarde, no por haber tenido el día lleno de pendientes, sino porque no disfruté lo suficiente todo lo que hice.

El momento en el que dejas de disfrutar algo, llegan este tipo de pensamientos a tu cabeza. Claro, hay una razón; quizá no te organizas lo suficiente o de plano te cargaron la mano con encargos y cosas de último momento.

Pero también una de las razones puede ser que has perdido el interés. Es cuestión de auto-evaluación. Lo mismo en las relaciones, los lugares que frecuentas y el hogar en el que vives.

Estar en automático nos hace olvidarnos de hacernos esta pregunta: “¿soy feliz en dónde estoy?” lo que venga a partir de la respuesta ya es otro tema.

Por qué esperar a sentir el malestar para tomar decisiones y mejor tomar acciones anticipadas. Como comenté antes, sería bueno una auto evaluación de vez en cuando. Quizá preguntarme si la razón por la que me siento abrumada llegando a casa es que últimamente me canso demasiado o ya veo mi trabajo como un deber más que como un placer, quizá eso es lo que me salve de algo peor en el futuro.

Hoy tengo claro que la pasión es el motor, lo que me hace levantarme, vestirme con lo que me gusta y me siento bien, prepararme el desayuno, atravesar la ciudad para ir a mi oficina, tomarme el tiempo necesario para las cosas, cuidar de mí y los míos, etc. ¿Qué sería de nuestra vida sin eso que nos mueve?

Atreverse a hacerse la pregunta puede darte la oportunidad de recapitular, volver a empezar o hacer lo que tengas que hacer para volver a agarrarle el gusto a las cosas que haces. Inténtalo, puedes llevarte grandes sorpresas.

Gracias por ser, estar y compartir.

Síguenos en Google News:Google News

Contenido Patrocinado

Lo Último