Polémica han desatado los comentarios de la columnista y comentarista de televisión, Sally Khon, luego de que fuera atacada por sus comentarios en la red social Twitter, luego de que “Estoy viendo Frozen. Es magnífica. Pero vamos, @DisneyPictures, ¡¿no es hora ya de que haya una cinta para niños en la que una princesa se case con una princesa?!”.
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No bastó mucho tiempo para que el cuestionamiento si de lo “moralmente” aceptable debiera seguir por toda la eternidad o empezar a marcar una línea distinta que aceptara a un personaje gay entre sus filas como una princesa más.
Reacciones del tipo “los niños no necesitan que los adoctrinen con tu propaganda prolésbica antinatural” y “las cintas para niños deberían ser terreno prohibido para la ideología de la extrema izquierda”. Hubo casos en que Sally fue atacada con comentarios tan graves como que era una pedófila.
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Claro que Sally no se quedó callada. No espero para responder mediante su columna en CNN en español sobre cómo las cintas de Disney han marcado un precedente en cuanto a tendencias, mostrando en sus distintas películas aquellos estereotipos que deberían seguirse, tal como que los verdaderos héroes son los hombres, mientras que las princesas sólo necesitan salvación, sin nombrar que todas las princesas Disney habían sido blancas hasta la llegada de personajes como Jasmín, Mulán o Tiana.
Así mismo Sally contextualizó que desde el año 1967 Estados Unidos abolió las leyes que prohibían el matrimonio interracial, pero señaló que no se ha visto a familias multirraciales en ningún film de la compañía.
Lo cierto aquí es que la cultura mediática ha impuesto por generaciones los patrones a seguir y quizás tal como señala Sally ya es hora de ir dejando atrás aquellos estereotipos-no es que sean malos- retrógrados que no hacen sino impedir una evolución constante de las sociedades del nuevo siglo.
Finalmente les dejó lo último que la comentarista añadió: “Así que sí, es hora de que haya una cinta de Disney en la que una princesa se case con una princesa. Y que un príncipe se case con un príncipe. Y que un plomero se case con una maestra… Por todos los cielos, ¡¿por qué todos tienen que ser ricos y de la realeza?!”
¿Qué creen ustedes? ¿Es hora ya de ir amoldándonos a los nuevas identidades que van surgiendo en todo el mundo o simplemente es mejor dejarlas en silencio mientras seguimos viendo cómo la princesa es rescatada por el guapísimo principe azul?