Desde hace unos meses he estado dejando de comer carne, para tener un estilo de vida más sustentable. Sin embargo, no he podido abandonar completamente el comer animales, ya que mi mamá insiste en cocinarme al menos una vez a la semana platos que contengan pollo, pescado o vacas y bueno, tengo que comerlos.
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Me ha pasado que conozco gente que es vegana o vegetariana, y cuando en alguno de sus platos sirven carne, huevo, queso o algo que no coma, simplemente lo botan para no ensuciar su cuerpo con ese producto. Sin embargo, ¿es una excusa válida botar comida cuando has elegido esta opción de vida?
Bien, sabemos que detrás de ese pedazo de carne o ese vaso de leche hay un montón de crueldad animal, pero también sabemos que la comida que va a la basura podría salvar al mundo de la hambruna, y que por esto no podemos tolerar el desperdicio de alimentos, porque, pensándolo bien, por botar un bocado de carne, no vamos a salvar esa vaca, pero vamos a contribuir al desperdicio de alimentos, algo para nada verde.
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También me ha tocado conocer casos de gente vegana o vegetariana que, por educación o por conciencia, acepta comer lo que le están ofreciendo en el plato, sobre todo si estás con alguna comunidad o personas que les cuesta poner un plato de comida en la mesa, y te ofrecen de corazón todo lo que tienen, y como me dijo Becky, en lugar de rechazarlo, debemos dar las gracias y, para los que son más espirituales, hasta le pueden pedir permiso al animal por medio de la oración. En último caso, incluso podrías guardar ese pedazo de carne y dárselo a algún perro de la calle.
Si algo he aprendido es que elegir veganismo es una decisión llena de amor y paz para salvar el planeta no botando comida, sino que eligiendo la que es mejor, y si en algún caso debiesen comer algo derivado de un animal y no lo pueden rechazar educadamente, quizás haya que aceptarlo y no contribuir con las personas inconscientes que botan cualquier tipo de comida.