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Entrevista Juan José Campanella:”Lo que uno siente como grandes películas son las películas que resuenan con uno”

En una entrevista con Nueva Mujer, el director habla de su amor por el cine, las películas de su vida y la representación del séptimo arte en su vida.

En un diálogo con Juan José Campanella, a veces es muy fácil olvidarse de que estás hablando con uno de los mejores y más reputados directores cinematográficos de Argentina, dada su afabilidad, sencillez y un sentido del humor muy refinado.

La cordialidad que ofrece, permite ahondar en la trayectoria cinematográfica del hombre que fue nominado dos veces al Óscar y el segundo de Argentina en conseguirlo con El secreto de sus ojos (después de Luis Puenzo, en 1985, con La historia oficial).

Hablar con Campanella, implica sacar sobre la mesa el amor al cine.

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LAS PELÍCULAS DE SU VIDA

El director, las nombra sin dudar por orden de «aparición» en su vida:Cantando bajo la lluvia (Stanley Doney y Gene Kelly,1952), ¡Qué bello es vivir! (Frank Capra, 1946), All that jazz (Bob Fosse, 1979) y Nos habíamos amado tanto (Ettore Scola, 1974).

«Son cuatro películas que fueron muy importante para mí, porque no solamente que me encantan, que son mis películas favoritas, sino  que me hicieron tomar decisiones. Yo cuando vi Cantando en la lluvia en el año 73 era época pre video, las películas se reponían cada tanto y era su vigésimo aniversario. Ahí yo la vi, tendría 13 o o 14 años y me enamoré», recuerda.

Tal fue la impronta de este musical, que el cineasta, cuando finalizó, fue directo hacia la calle Florida para comprarse un libro sobre «cómo hacer cine».

«Había un pequeño cine auditorio kraft y entré al Ateneo y pregunté, ¿no tiene algo de cómo se hace cine? Y había un libro «Así se hace cine», justamente y todavía lo tengo», cuenta.

Desde ese momento, un adolescente Campanella se compró una cámara super 8 para practicar y compaginó sus estudios cinematográficos con los de Ingeniería.

«Cuando  vi ¡Qué bello es vivir! es una película que la conocí por la Escuela de Cine, yo no sabía de su existencia, es una película que me cambió la vida, me hizo verla de otra manera, pero además decidí que esa iba a ser mi carrera», expone.

No obstante, no se decidía a abandonar la carrera de Ingeniería por lo que se esperaba de él por «mandato social».

Fue en el estreno de All that Jazz, cuando el director se decidió y nunca más regresó a las aulas de Ingeniería.

Admite, que se sintió «sumamente identificado con el personaje en todos sus aspectos» y además agrega que es una película «llena de ideas en la que se aprende mucho, especialmente en montaje, la vez 20 que la ves».

Esa primera vez, rememora que se quedó petrificado en su butaca.

Años después, cuando estudiaba oficialmente Cine, vio en Nueva York, Nos habíamos amado tanto, de Ettore Scola, lo que describe como «un descubrimiento» y el momento en el que encontró su «voz».

«La comedia a la italiana que es el género con el que más identifico mi cine, con Dino Rissi, Monicelli, Ettore Scola, en este caso[…] Nos habíamos amado tanto es una película que yo debo haberla visto 80 veces y cada vez que la veo no lo puedo creer, es una gran idea detrás de la otra, cada escena es una idea de escena, no hay un segundo desperdiciado», asevera.

 

EL CINE YA NO ES LO QUE ERA

El director manifiesta que el cine lo era todo para él pero que «todo está cambiando».

«El cine en los 70 tenía una influencia social de la que ahora carece por completo. Había películas que podían cambiar la ley y yo tuve la oportunidad de hacer una película, Luna de Avellaneda, que influyó en la realización de leyes en la Argentina-el diputado porteño Milcíades Peña, presentó en el Hotel Bauen en 2004, un proyecto de ley que declaraba inembargables e inejecutables a los clubes, entidades sociales, recreativas y culturales sin fines de lucro,-pero no es una cosa que esté ocurriendo ahora, está transición que hay del cine a la televisión, que yo también dirijo, pero esa grandeza del cine es muy difícil encontrarla ahí», expresa.

Campanella, sostiene que el cine perdió su poder sobre el espectador y que «lamentablemente las audiencias han abandonado un poquito al cine con esa temática, espera a que estén en televisión o directamente se hacen esta televisión».

El cineasta, lo califica como algo «un poco triste».

«Filmar una película para televisión me parece como una pena», afirma.

 

GENTE CORRIENTE Y HUMOR

Ese es parte del sello con el que el realizador definiría su trabajo.

Juan José, dice que desde El mismo amor, la misma lluvia en adelante, contó historias muy personales, que tenían que ver mucho con él.

«Los temas de esas películas eran muy completos en cuanto lo que me estaba pasando a mí en ese momento», declara.

 

El realizador, dice no saber cómo definir su cine pero sí apunta que «siempre está presente el humor», ingrediente con el que disfruta mucho.

Evoca cuando proyectaron El cuento de las comadrejas en el Festival de Miami, en un cine que acaparaba a 1200 personas.

«Disfruté…Las carcajadas de 1200 personas era increíble, se multiplicaban y se daban manija unos a otros, eran como alaridos de histeria, pasó lo mismo en Cuba el Festival de la Habana y la verdad es que es hermoso», reconoce.

También, narra que le gusta contar las historias de «gente común»

«Me gusta mucho contar las complejidades, las pequeñas miserias de la gente, hay pocos personajes buenos, buenos, sin ninguna falla, quizás el padre(Héctor Alterio) […]En realidad los personajes siempre tienen alguna agachada, algún momento de falla, a mí me gusta mucho explorar eso, esa debilidad, porque creo que todos hemos pasado por eso o la tentación de eso y si son de gente especial, el aspecto común de esa persona especial», especifica.

Sobre su mayor orgullo profesional cita la serie Vientos de agua, disponible en Netflix.

«Hacía años que no la veía y la volví a ver ahora que la pusieron en Netflix y son esas cosas que uno ve y dice ¿cómo hicimos esto? Es una de las cosas de las que estoy más orgulloso», dicta.

«Lo que uno siente como grandes películas son las películas que resuenan con uno», concluye sobre este tema. 

EL PLANO SECUENCIA QUÉ ES HISTORIA EN LA HISTORIA

Campanella, galardonado con el Óscar a la mejor película extranjera en 2009 por El secreto de sus ojos», revela cómo se filmó uno de los mejores planos secuencias de la Historia del Cine, según expertos.

En él, Ricardo Darín y Guillermo Francella, persiguen a un femicida, hincha del Racing.

El plano se abre desde el cielo, con la cámara enfocando a toda la afición en el estadio, miles y miles de personas para luego enfocar a Ricardo Darín y a Guillermo Francella, quienes están en persecución de un femicida.

Delirante, frenética, esta secuencia consigue haciendo revolverse al espectador de la silla, con una adrenalina que no expulsará hasta que vea su resolución.

El cineasta, define que «la cámara es otro personaje más», al estar acompañando todo el rato a los personajes.

«Un plano secuencia es cómo lo vive un espectador, un plano secuencia tiene que estar justificado dramáticamente a veces se hacen en una toma realmente y a veces se unen de una forma invisible para que parezca un plano secuencia».

Campanella, especifica que ese plano fueron en realidad ocho tomas.

«Y si no, tendríamos que haber tirado a uno de los operadores de cámara a una tribuna y la aseguradora no lo hubiera permitido», bromea.

El plano de oro, llevó un año de planificación, tres días para filmarlo y ocho meses de post producción.

«Desde el primer boceto esa escena estaba así, con Rodrigo Tomasso, que fue el supervisor de efectos, se puso un año antes a trabajar en el software que necesitaríamos, cómo poder hacerlo etc etc».

El realizador, cita otro plano secuencia de la película que él aprecia del filme.

Se trata de otra escena protagonizada de nuevo por Darín y Francella, en el que un juez los llama a ambos.

«Esa escena es un plan secuencia y a mí me encanta porque juega con el espacio en off, con otras frases en off, me encanta cuando queda Sandoval (Francella) un poquito fuera de foco tratando de aguantar la risa», comenta.

 

EL CUENTO DE LAS COMADREJAS

El cuento de las comadrejas ha sido uno de los éxitos más recientes de Campanella.

La película es un remake de Los muchachos de antes no usaban arsénico (1976), de José Martínez Suárez a quien el realizador se refiere como uno de sus dos grandes maestros.

«Es como un segundo padre para mí, yo lo quiero muchísimo, falleció el año pasado pero hablo de él en tiempo presente, por supuesto», afirma.

Sobre las remakes, glosa que  en general»no está a favor» de ellas si es que estos no encuentran una cosa nueva.

«Si vas a hacer la Sinfonía n.º9 de Beethoven hacela en jazz o heavy metal, no como suena», compara.

A Campanella, le pareció que «había una gran historia de amor que no estaba en la primera» además de hacer un homenaje al cine.

«Acá al ser toda gente de cine ellos como que van comentando la película, algo que yo solo había visto en , de Fellini, donde los personajes van diciendo lo que Fellini nos va mostrando. La película que quiere hacer Guido (Marcello Mastroianni) es la película que estamos viendo, de eso se trata», desarrolla.

Juan José, adjunta, que «es una clave para el que quiera ver 8½ de nuevo si no la vio así».

El cuento de las comadrejas tiene un reparto de lujo, encabezado, por Graciela Borges, Óscar Martínez, Luis Brandoni, Marcos Mundstock, Nicolás Francella y Clara Lago.

Esta última, actriz española, el director cuenta que la descubrió en otro filme, Al final del túnel, donde hablaba con acento argentino.

A partir de ahí, él siguió su trabajo y le hizo una prueba, donde lo que más le importaba es que «pudiera hacer de mala».

«Es tan dulce y tan encantadora ella, tan graciosa, que quería verlo, es un elemento muy importante en la película, es la villana y la realidad es que ella tiene una cara que la cámara adora», donde puede encarnar a una mujer cándida a transformarse en una pérfida.

Campanella, formula que se siente muy contento del trabajo de Lago y Francella, los dos jóvenes del filme.

«Están actuando y haciéndole frente a estos cuatro monstruos que si vos pones a actores que no tienen peso específico, son absolutamente devorados», apuntala.

 

CAMPANELLA EN LA ACTUALIDAD

El director, revela que está trabajando en conjunto con el escritor Eduardo Sacheri con quien ha colaborado en varias películas.

«Sacheri, terminó su nueva novela y yo terminé el achatamiento de la cuarentena de alguna manera estoy comenzando a revivir […] Estos cuatro meses, empezaron como unas vacaciones sin cargo de conciencia, luego comenzó a tomar carices preocupantes al alargarse y si bien yo la estaba pasando bárbaro con mi familia, notás  eso, que te pasas mirando el techo más tiempo del común», comenta en tono jocoso.

El realizador, no puede dar detalles del proyecto, pero admite estar muy entusiasmado.

«Las ideas están viniendo rápido y el otro día escribiendo una parte me emocioné yo así que es un buen signo», menciona.

Juan José, duda sobre el futuro del cine de «acá a dos años».

«Si nos miran los cinéfilos, convenzan a la gente para que vaya al cine», espeta, con hilaridad.

Acá finaliza la charla con Campanella, quien con su cordialidad inicial se despide, y ambos deseamos que la película se proyecte, en la pantalla grande, con luces apagadas, y sonido estéreo.

 

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